Los monaguillos del Papa se formarán fuera del Vaticano. Francisco decide trasladar el Preseminario San Pío X extra muros después del escándalo que ha desencadenado en el primer juicio por presuntos abusos cometidos dentro del territorio vaticano. No obstante, según ha informado hoy Sala Stampa en un comunicado –en el que no se mencionan estos hechos–, el cambio es para “fomentar la proximidad de los jóvenes estudiantes a los lugares donde realizan sus estudios y practican sus actividades recreativas”.
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Según el comunicado, desde hace algún tiempo se estudiaba esta posibilidad, que fue comunicada por el propio Papa al actual rector, Angelo Magistrelli, en una audiencia reciente. De esta manera, pese a que el juicio continúa su curso –la próxima audiencia será el 7 de junio–, Francisco ha optado por no esperar y llevar a los niños a un nuevo espacio a partir del próximo curso, que comenzará en septiembre.
Jorge Mario Bergoglio ha expresado su “más sentido agradecimiento a Magistrelli por la labor realizada en estos 75 años desde la fundación de la institución, reconociendo que conserva su vigencia educativa y solicitando que continúe el apreciado servicio litúrgico prestado por los jóvenes estudiantes en la Basílica de San Pedro”.
Se trata, por tanto, de “una nueva etapa en la vida y actividad del Preseminario, que, sin duda, ofrecerá nuevas oportunidades de crecimiento y desarrollo, especialmente en el contexto de la promoción de las vocaciones al sagrado ministerio”, subraya el comunicado que confirma hoy la noticia adelantada el pasado 20 de mayo por Il Messagero.
Un “ambiente insano”
Según lo descrito por los propios ex seminaristas menores durante el juicio, en San Pío X había un “ambiente insano” con tocamientos sexuales, “presiones psicológicas” y “bromas frecuentes de tipo homosexual” con el conocimiento de los superiores, que lo ocultaron.
Gabriele Martinelli (29 años) es el sacerdote acusado de violar a un menor cuando él también lo era, pese a que se ha declarado en todo momento inocente alegando “acusaciones infundadas” para atacarle a él y al seminario menor.
El sacerdote, ordenado en 2017 y capellán de una residencia de ancianos de Lombardía –al norte de Italia–, ha sido acusado de agresiones sexuales repetidas entre 2007 y 2012. Según los informes, el acusado y la víctima tenían 14 y 13 años cuando ocurrieron los hechos, que se prolongaron durante cinco años. En el banquillo también está Enrico Radice (71 años), rector entonces de San Pío X. Él está acusado de encubrimiento.
Investigación tras el libro de Gianluigi Nuzzi
Por su parte, el padre Paul, dijo que habló con la víctima y que, aunque no le confesó los abusos, comprendió que arrastraba problemas de tipo “afectivo-sexuales”. En 2017, el sacerdote llevó estos hechos a la Comisión para la Protección de Menores, porque, “si un cura sabe algo y no habla, es cómplice”.
El obispo de Como (norte de Italia), Oscar Cantoni, ha asegurado que en 2006 ya se conocía la “conducta sexualmente inapropiada” de Martinelli. La diócesis llevó a cabo su propia investigación e indemnizó con 20.000 euros a la víctima –montante que no se ha entregado a la espera de este juicio– y obligó al sacerdote a retirarse en un monasterio. Según el prelado, ahora el acusado “ha cambiado” y sus abusos eran propios de “una tendencia homosexual transitoria vinculada a la adolescencia”.
La justicia vaticana decidió en octubre abrir un juicio tras la publicación en 2017 del libro ‘Pecado original’, del periodista italiano Gianluigi Nuzzi, en el que se denuncian estos abusos.
La víctima compartió habitación durante varios años con un joven polaco, Kamil Tadeusz Jarzembowksi, quien ha relatado en el libro que su compañero solía acudir regularmente a la habitación del seminarista –”más de 140 veces”– para tener relaciones sexuales porque “se sentía obligado a ceder a sus demandas”. De esta manera, despeja dudas sobre si se trataba de una relación amorosa.