El Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) ha enviado un mensaje a todo el pueblo de Dios: clero, vida religiosa y laicos como parte del cierre de su 38ª Asamblea General. Han puesto en contexto las secuelas de la pandemia.
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“Compartimos las angustias, tristezas e incertidumbres de cada uno de ustedes y ante la gravedad de las situaciones que se presentan en nuestros países debido a las diversas crisis, que ahora se ven agravadas por el flagelo de la pandemia del Covid-19”, señalaron.
Por tanto “a experiencia que nos va dejando la pandemia es que somos un pueblo solidario, abierto a las necesidades de los otros y sintiendo el dolor de los que sufren”.
Han encomiado la misión de “los samaritanos de hoy”, que han cuidado a los hermanos en este momento de prueba: sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos que “se dedican a anunciar y a servir con gran fidelidad, muchas veces arriesgando sus vidas y a costa de su comodidad”.
Al servicio de las conferencias episcopales
De igual modo han indicado que el Celam “como organismo episcopal al servicio de todas las Conferencias Episcopales, está en la obligación de buscar nuevos caminos y estrategias para promover con mayor audacia la opción misionera”.
Para ello apuesta por la opción misionera porque “la misión de la Iglesia y de cada uno de sus miembros es evangelizar” como también “una Iglesia sinodal en salida, donde todos asumimos la responsabilidad de participar y caminar juntos”.
Todo ello “desde la conversión personal y pastoral, con la confianza firme en el Señor que nos da oportunidades para encontrarlo; en colegialidad, para fortalecer la comunión y el trabajo en conjunto”.
Además “con voz profética, para mantener un vivo discernimiento en el devenir de nuestros pueblos; integrando y articulando, a través de las grandes experiencias que se encuentran en instancias eclesiales de servicio al Pueblo en América Latina y el Caribe”.
Dinámica sinodal
Asimismo han ratificado su compromiso con la ‘I Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe’, porque “tenemos la gran oportunidad de participar en la dinámica de la escucha y, así, compartir los clamores, las preocupaciones, pero también las alegrías y los gozos”.
La preparación de este inédito evento “nos llena de esperanza”, puesto que se ha estructurado “en clave sinodal y participativa, quiere ser expresión de la búsqueda de fidelidad al Espíritu, que nos hace constructores del encuentro fraterno y solidario”.
“Nos impulsa a buscar y diseñar juntos nuevos caminos para el anuncio del Evangelio con el protagonismo y la participación de todos, sin distinciones y con la libertad de los hijos e hijas de Dios”, acotaron.
Foto: Celam