“El clericalismo es una perversión del sacerdocio, y la rigidez es una de las manifestaciones. Cuando encuentro un seminarista o un sacerdote joven y rígido, pienso que algo malo le pasa adentro”. Estas han sido las duras palabras que ha dirigido el papa Francisco contra el clericalismo en la Iglesia y, especialmente, en los centros de formación al sacerdocio. Las ha pronunciado hoy, 10 de junio, en su audiencia con la Comunidad del Pontificio Seminario Regional de las Marcas Pío XI de Ancona. Y es que, tal como ha aseverado el Papa, “detrás de toda rigidez hay un problema grave, porque la rigidez carece de humanidad”.
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En este sentido, el Santo Padre ha apuntado que el seminario no debe alejar “de la realidad, de los peligros y mucho menos de los demás”, sino, al contrario, acercar a los jóvenes “a Dios y a los hermanos”. “Dentro de los muros del Seminario se deben dilatar los límites del corazón, extenderlos a todo el mundo, apasionarse por lo que ‘se acerca’, lo que ‘abre’, lo que ‘junta'”, ha dicho el Papa. Además, ha animado a los presentes en la audiencia a desconfiar “de las experiencias que conducen a intimismos estériles” y de “espiritualismos cumplidores que parecen dar consuelo y en cambio conducen a cierres y rigidez”.
Por otro lado, Francisco ha propuesto algunas ideas relativas a las cuatro dimensiones de la formación de los seminaristas: humana, espiritual, intelectual y pastoral. “En primer lugar”, ha dicho, “no os alejéis de vuestra humanidad”. Y esto significa no dejar “fuera de la puerta del seminario” la “complejidad” del propio “mundo interior, los sentimientos y afectividad”. “Abríos con toda sinceridad a vuestros formadores, luchando contra toda forma de falsedad interior”, ha animado el Papa.
Advertencia contra el “ritualismo” en la liturgia
Asimismo, en cuanto a la dimensión espiritual, Francisco ha recordado que la oración “no es ritualismo”. “Las personas rígidas terminan en el ritualismo”, ha advertido. “Que la oración sea ocasión de encuentro personal con Dios, y si te enojas con Dios, hazlo: porque enojarte con tu padre es una forma de comunicar amor”, ha explicado. “Cuidado con que la liturgia y la oración comunitaria no se conviertan en una celebración de nosotros mismos”, ha añadido.
El estudio, la tercera dimensión que ha apuntado el Papa, “ayuda a adentrarse en la complejidad de la cultura y el pensamiento contemporáneos con conciencia y competencia, sin tenerle miedo, sin ser hostil”. “No tengas miedo”, ha dicho. “El desafío de la misión que se espera requiere, hoy más que nunca, competencia y preparación para hablar con este mundo”, ha afirmado.
Por último, la formación pastoral “empuja a ir con entusiasmo al encuentro de la gente”, ya que “uno es sacerdote para servir al Pueblo de Dios, para atender las heridas de todos, especialmente de los pobres”. “Ser discípulos de Jesús significa deshacerse de uno mismo y adaptarse a sus propios sentimientos, al que vino no para ser servido, sino para servir”, ha aseverado Francisco.
“El verdadero pastor no se desprende del pueblo de Dios: está en el pueblo de Dios, o al frente para mostrar el camino, o en el medio, para comprenderlo mejor, o atrás, para ayudar a los que están un poco demasiado atrás, y también para dejar que la gente, el rebaño, con su olfato, nos muestre dónde están los nuevos pastos”, ha apuntado.