Los obispos de Estados Unidos votarán hoy si se lanzan a redactar un documento para negar la comunión a los políticos que votan a favor de legislar el aborto. Ayer comenzó la Asamblea de Primavera de la Conferencia Episcopal (USCCB, por sus siglas en inglés) y la primera jornada se cerró con una hora de retraso, puesto que los obispos ejemplificaron en un acalorado debate su división sobre la comunión y Biden, pues el demócrata es el blanco principal del documento.
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Que el segundo presidente católico de la historia de Estados Unidos tras Kennedy se acerque a comulgar cada domingo no acaba de encajar en el imaginario de varios prelados estadounidenses, puesto que Biden es partidario de que exista el derecho al aborto en todo el país.
El arzobispo de St. Louis, Mitchell Rozanski, presentó una moción para enmendar la agenda de la Asamblea e impedir que hoy se vote, sin escuchar a todos y cada uno de los obispos, sobre la conveniencia de que el Comité de Doctrina comience a redactar un borrador del documento que varios prelados quieren aprobar. Esta moción encontró el apoyo del cardenal arzobispo de Chicago, Blase Cupich. De hecho, este, junto a otros 70 obispos, escribieron una carta en mayo para frenar la cuestión.
“Este tema y sus implicaciones son de gran alcance y poner límites a la cantidad de tiempo dedicado a nuestra discusión no nos ayudará”, advirtió, al tiempo que insistió: “Insto a que se ofrezca esta oportunidad a todos los que deseen hablar, que se logre el mayor discernimiento en nuestro encuentro”. Esta propuesta provocó un debate en el que participaron una veintena de obispos y que concluyó con una votación en la que el 59% de ellos rechazaba la moción.
“Obstruccionismo” y “tácticas dilatorias”
Pese a que el cardenal prefecto de Doctrina de la Fe, Luis F. Ladaria, ya envió en mayo una carta a la USCCB en la que les pedía discernimiento sobre la cuestión, a juzgar por la mayoría (casi 6 de cada 10 prelados), no parece que las orientaciones vaticanas vayan a surtir efecto.
El arzobispo de Kansas City y presidente del Comité para la Defensa de la Vida de la USCCB, Joseph Naumann, señaló que la moción era una “táctica dilatoria”. Mientras, el arzobispo de Oklahoma City, Paul Coakley, calificó la moción de “obstruccionismo”. Más vehemente fue el de Dallas, Michael Olson, que dijo que la moción introduce “el sentido de un filibustero para reprimir el discurso y para crear un imperativo falso e innecesario de que todo obispo tiene que hablar”.
Sobrepasado el tiempo de la primera jornada, pese a que otros siete obispos solicitaron expresar su parecer, el presidente de la USCCB, José Gómez, tuvo que dar por concluida la jornada.
En la rueda de prensa posterior a la Asamblea telemática, el obispo de Fort Wayne-South Bend y presidente del Comité de Doctrina de la USCCB, Kevin C. Rhoades, recalcó que este documento no es contra Biden. “Esto es importante para todos los católicos, no solo para los políticos católicos”, se justificó.