El cardenal Luis Antonio Tagle, arzobispo emérito de Manila y prefecto del Dicasterio para la Evangelización de los Pueblos, ha celebrado el Día Mundial del Refugiado con los miembros de red Clamor y Cáritas Latinoamérica en una velada de canto, oración y diálogo.
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El cardenal Chito –conocido cariñosamente así por su feligresía filipina– ha recordado sus raíces migrantes cuando “veo a mi abuelo que nació en China, pero se vio forzado a dejar su tierra de joven con su tío, para ir a Filipinas en busca de un mejor futuro”.
Personas con dignidad
Además ha hecho un recuento de la campaña #shareythejourney que hace cuatro años lanzó desde Cáritas Internacional para “crear puentes de esperanza entre las islas que han sido separadas unas de otras por el miedo”.
En ese entonces “nos pusimos un reto a nosotros mismos, no solo ver a los migrantes, sino mirarles con compasión, no solo oír su voz sino escuchar sus historias y preocupaciones”.
“No solo pasar por el otro lado, sino pararse como el buen samaritano, y vivir un momento de comunión y solidaridad con ellos y ellas”, acotó.
Por ello esta campaña ha ayudado a “Cáritas a llegar a los migrantes a abrazar su pobreza y su sufrimiento a levantarlos con la convicción de que nos son números, sino personas con nombre, con dignidad, con historia y con sueños”.
Sentimientos encontrados
Tagle ha hecho también un recuento de su periplo por Grecia, Líbano, Irak, Siria, Jordania, Bangladesh entre 2015 a 2019.
Al respecto señaló: “Tenía sentimientos encontrados, por una parte me alegraba que estuvieran recibiendo atención pero por otro lado pensaba como se sentía si este sería para ellos un estado permanente o temporal”.
Incluso “no podía imaginarme cómo respondían los padres a sus hijos si les preguntasen por el futuro que les esperaba”.
En definitiva “puedo imaginar el dolor de su madre que nunca volvería a ver a su hijo, desgraciadamente esta historia se repite una y otra vez en nuestro tiempo”.
Foto: Vatican News