Tres discursos espirituales aparecen hoy con cierta frecuencia en el ámbito eclesial: la psiquiatrización de la vida espiritual, la hipertrofia del bienestar y la tentación de la debilidad. Para que estas tres narrativas no acaben por desgastarnos, ocasionando un daño con importantes consecuencias en la vida apostólica y pastoral, necesitamos dilucidar los engaños que ocultan y diseccionar tales categorías espirituales para enmendarlas