El papa Francisco ha pasado por quirófano cuatro veces en sus 84 años. Jorge Mario Bergoglio se ha sometido a dos operaciones desde que los cardenales de la Iglesia católica lo eligieron como sucesor de Benedicto XVI en marzo de 2013.
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1. Estenosis diverticular sintomática del colon
Francisco fue sometido ayer por la tarde a una cirugía programada –con anestesia general– por una estenosis diverticular sintomática del colon, de la que el Papa se va recuperando favorablemente, según ha confirmado el Vaticano esta misma mañana.
2. Cataratas
Pero esta no es la primera vez que el Pontífice pasa por un quirófano desde que llegó al Vaticano. La primera intervención fue sencilla, puesto que se trataba de cataratas, y se le realizó en la Clínica Pío XI de Roma. De esta operación no se conoce la fecha exacta –fue en 2019–, puesto que el Papa no quiso trasladar ninguna preocupación sobre su estado de salud. No obstante, el Jueves Santo de 2018, durante la celebración de la Cena del Señor en la cárcel romana de Regina Coeli, compartió con los reclusos que al año próximo tendría que curar sus cataratas.
3. Vesícula
Mucho antes, durante su etapa como provincial de los jesuitas en Argentina, Bergoglio se sometió a una intervención de vesícula. Él mismo lo reveló en el libro entrevista con el periodista y médico argentino Nelson Castro –’La salud de los papas’–.
4. Lóbulo del pulmón derecho
Pero la más complicada de sus operaciones fue la primera, cuando apenas tenía 21 años y le extirparon un lóbulo del pulmón derecho. Esta experiencia, de su etapa de seminarista, la relata también en el mismo libro: encontraron “tres quistes en el lóbulo superior del pulmón derecho” con “derrame pleural bilateral que me producía dolor y dificultad respiratoria”.
“Tenía 21 años. A esa edad uno se siente omnipotente. No es que no estuviese preocupado, pero siempre tuve la convicción de que me iba a curar. La operación fue una gran operación. La cicatriz de la incisión va desde la base del hemitórax derecho hasta su vértice. Fue una intervención cruenta. Según me contaron, se trabajó con el separador de Finochietto [se trata de un separador intercostal a cremallera que se usa en las operaciones torácicas] y se debió hacer mucha fuerza. Por eso, al recuperarme de la anestesia, los dolores fueron muy intensos”, relató.
“Nunca experimenté fatiga o falta de aire. Según me han explicado los médicos, el pulmón derecho se expandió y cubrió la totalidad del hemitórax homolateral”, apuntó sobre las posibles consecuencias.
En estos primeros ocho años de pontificado, la salud del Papa no ha presentado demasiadas preocupaciones. Solo la ciática le ha dejado fuera de juego en algunas ocasiones, sobre todo en estos dos últimos años, pero una reciente dieta evitando los dulces le ha permitido mantener su espalda a raya.