La multiculturalidad, fruto de la globalización del fenómeno migratorio, es una realidad en las aulas españolas. Esto se traduce en un aumento del número de alumnos de diferentes confesiones, también en los centros católicos. Son muchas las familias musulmanas que optan por confiar la educación integral de sus hijos a un centro de ideario cristiano.
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Desde el diálogo
Lo que a priori podría imaginarse como un obstáculo, se afronta desde el diálogo, tal y como han demostrado Escuelas Católicas y la Comisión Islámica. Más allá del reconocimiento de la ley para que la enseñanza religiosa no entre en contradicción con el carácter del centro, que justifica que no se ofrezca ni imparta la asignatura de religión musulmana, ambas entidades demuestran la necesidad de trabajar mano a mano para promover la integración y el respeto.
Desde ahí se interpretan las negociaciones para que los alumnos puedan ausentarse para rezar en la mezquita o la adaptación del menú de los comedores al Ramadán. Es así como también se aterriza ‘Fratelli Tutti’, a pie de aula, desde una cultura del encuentro, con las religiones al servicio de la fraternidad.