Luego de llevarse a cabo una mesa de negociación entre el gobierno de Chiapas y pobladores del municipio de Pantelhó, al menos unas 74 familias de la comunidad de San José El Carmen regresaron a sus casas.
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Desde principios de julio, alrededor de unos tres mil indígenas de ese municipio huyeron de sus comunidades por temor a la violencia desatada a causa del enfrentamiento entre grupos armados rivales. Estos indígenas tzotziles y tzeltales encontraron refugio en algunas comunidades del vecino municipio de Chenalhó.
El retorno de los indígenas desplazados, aproximadamente 400, se dio luego de los acuerdos tomados en la mesa de negociación con el gobierno chiapaneco, de Rutilio Escandón Cadenas, realizada el pasado 3 de agosto.
Según informes del presbítero Marcelo Pérez, coordinador de la Pastoral Social de la Diócesis de San Cristóbal de Las Casas, de estas 74 familias, 30 se encontraban en Yabteclum, 19 en Acteal Altos y 25 en Acteal.
El regreso a sus casas fue organizado y acompañado por los agentes de pastoral de la parroquia San Pedro Chenalhó, junto con la organización civil de Las Abejas.
A la llegada de las familias a Pentelhó, el párroco de Chenalhó, Enrique Sánchez, celebró una misa en la que pidió por la paz en ese municipio, toda vez que los problemas entre los grupos armados no se han solucionado y los pobladores siguen teniendo miedo.
Exigencias de los pobladores
Este 6 de agosto continuará la mesa de negociación en el municipio de Pantelhó para llegar a más acuerdos.
Los habitantes piden, en primer lugar, que el gobierno reconozca que en Pantelhó hay un problema: “la existencia de un crimen organizado en el ayuntamiento“; que se haga justicia a las víctimas del crimen organizado, así como una auditoria en el municipio en el periodo de Santos López Hernández y Delia Yanet Velazco Flores.
Asimismo, exigen la prohibición de cantinas y venta de drogas en el municipio, además de la renuncia de la presidenta interina actual. “No vamos a permitir que Raquel Trujillo Morales asuma el cargo a la presidencia”, advirtieron.
A mediados de julio pasado, Vida Nueva informó del desplazamiento de al menos tres mil personas; en ese contexto, los obispos de las tres diócesis que se encuentran en el territorio chiapaneco (Tuxtla Gutiérrez, San Cristóbal de las Casas y Tapachula) denunciaron una creciente inseguridad, pobreza y violencia, “que se ha convertido en caldo de cultivo para que fuerzas alternas al gobierno se disputen territorios y estén causando el terror y desplazamiento de comunidades”.
