Ha sido la noticia de estos días. Pero su eco ya está deshilachado. La escapada de los países que sostenían el anterior gobierno de Afganistán se mezclaba con la alborotada, desordenada y desguarnecida marcha de los afganos que huían de su propio país buscando refugio en los alrededores vecinos. En países limítrofes con el suyo donde lo tenían difícil a causa de los talibanes. Hubo que mirar más allá. Turquía por ejemplo. Y también la “otra Europa”. Su llegada a España estuvo en toda la primera plana de los medios. Con recepciones solemnes y muy bien arropadas entre otros por gente que cumplió muy bien su misión humanitaria, aunque otros muchos se pusieron a la fila principalmente para hacerse la foto de la acogida empezando por numerosos políticos regresando de vacaciones. La proporción de ministros recibiéndolos era muy llamativa respecto al número de los llegados. En los países vecinos, más pobres que los nuestros no ha sido así. Los acogían como podían y punto.
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El dato (el de los refugiados ¡claro!) es que España ha evacuado a 2.206 personas a nuestro país, de los que 1.108 se repartirán por las distintas comunidades autónomas y el resto a EE UU y otros países de la UE . El 53% de los afganos rescatados por España son hombres y el 47% mujeres. El 60% del total son adultos mientras que el 40% del contingente llegado a nuestro país son menores de 18 años. Dos mil doscientos. Comparemos con la acogida en los países colindantes de Afganistán.
Los desplazados internos en Afganistán, según informa la ONU, superan el medio millón de personas en los últimos días y temen que, en lo que queda de año, otro medio millón tenga que huir del país cruzando sus fronteras terrestres con Pakistán e Irán, pero también con Uzbekistán, Tayikistán, Uzbekistán y China. Es verdad que el número de refugiados que ha salido hacia los países limítrofes en 2021 y en estas últimas semanas realmente es mínimo. Pero las estimaciones hablan de huidas de más de medio millón de personas hacia los países vecinos con Irán y Pakistán como principales destinos y que acogen al 90% de la población de refugiados afganos en el mundo: 2,2 millones de personas en las distintas crisis migratorias durante los últimos cuarenta años.
‘Hacia un nosotros, cada vez más grande’
Datos que merecerían un análisis respecto a nuestra capacidad de acogida y como facilitadores de la integración. Es decir, los refugiados afganos que han sido las periferias que estos días se han colocado en el centro… mediático. Pero quizás , pronto, volverán a ser periferia.
El 26 de septiembre se celebra la Jornada mundial del Migrante y refugiado. Su lema es ‘Hacia un nosotros, cada vez más grande’. Con ricos materiales ofrecidos por el Dicasterio romano correspondiente y, en España, por la Subcomisión Episcopal para las Migraciones, que recomiendo vivamente. Conviene calentar motores. Y que posteriormente su eco no se pierda. Porque corremos el riesgo que pase lo que con los refugiados afganos, que cuando dejen de ser noticia, se tengan que buscar la vida “periféricamente” olvidando que un día fueron recibidos en el centro…. de Madrid.
Recurro al papa Francisco y a ‘Fratelli tutti’ para no perder nunca el horizonte permanente Para que la solidaridad creada de estos días no sea flor de un día. Ni sea planta adormecedora sino acicate permanente. Allí y aquí. De las periferias al centro. O más bien periferias en el centro.
Francisco dice: “Ojalá que al final ya no estén los ‘otros’, sino solo un ‘nosotros’… Ojalá que tanto dolor no sea inútil, que demos un salto hacia una forma nueva de vida y descubramos definitivamente que nos necesitamos y nos debemos los unos a los otros, para que la humanidad renazca con todos los rostros, todas las manos y todas las voces, más allá de las fronteras que hemos creado” (FT, 35).
Una forma de vida con sabor a Evangelio…