Este 13 de septiembre fue presentado el diagnóstico titulado ‘Postura de la Compañía de Jesús en México y Centroamérica ante las Migraciones Forzadas’, mediante el cual los jesuitas en la región buscan ofrecer luces a la sociedad sobre las causas que dan origen a la migración forzada en el norte de Centroamérica y sobre las posibles soluciones.
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El documento identifica en concreto siete causas estructurales del fenómeno de migración forzada: 1. La desigualdad de oportunidades para el desarrollo humano pleno asociada a un modelo económico. 2. La desilusión hacia los procesos democráticos existentes y que se asocia a un modelo de Estado. 3. La deficiencia de los sistemas tributarios y de protección social. 4. La influencia del narcotráfico y el tráfico de armas. 5. La inseguridad, militarización y sistemática violación de los derechos humanos. 6. La vulnerabilidad frente a las amenazas inducidas por el cambio y la variabilidad climática. 7. El horizonte individualista de la vida unido al universalismo que prioriza las categorías globales sobre las locales.
Más de 40 ideas para solucionar el problema
Durante la presentación virtual del documento, el sacerdote jesuita Jorge González, asistente del Provincial para el Sector Social de la Compañía de Jesús en México, consideró que la migración no se puede resolver con las armas y con dinero, sino que se necesitan estrategias “multidisciplinarias, interinstitucionales y contextualizadas con liderazgos comprometidos, que prioricen los cambios institucionales, estructurales profundos y de largo aliento. Se necesitan procesos de colaboración y trabajo entre las organizaciones en las bases y las élites”.
Por ello, el diagnóstico propone también 41 ideas para enfrentar el fenómeno de la migración forzada. “Estamos convencidos de que es posible la realización de esta propuesta, por lo que este documento no es un lamento, sino es un llamado a la esperanza”, dijo el religioso jesuita, Francisco Iznardo, coordinador del Apostolado Social de la Compañía de Jesús en Centroamérica.
Las propuestas
Úrsula Roldán, directora del Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala, destacó, por ejemplo, la necesidad de que los Estados emprendan un cambio tributario que reduzca la desigualdad y los privilegios, y se encaminen a aumentar la productividad y mejorar el gasto público.
De la misma manera –dijo– es fundamental el fortalecimiento de las micro y pequeñas empresas, estructurar un mercado común centroamericano y mercados locales de alimentos, y que se promueva empleo decente y el acceso a tierras, recursos e infraestructura.
La catedrática también se refirió a algunas políticas que deben implementarse con miras a asegurar bienestar a quienes hoy no encuentran esperanza de resolver la precaria situación que viven, entre ellas, la universalización de la educación, la salud, el agua y el saneamiento.
Vinculado a la búsqueda de un Estado efectivo, el documento advierte que también deberán fortalecerse las fiscalías y los organismos electorales, y promoverse la construcción de puentes entre las élites y las bases.
Jesuitas piden poner la mira en la juventud
El sacerdote jesuita Guillermo Irizar, académico responsable de Asuntos Migratorios del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuria de la Universidad Iberoamericana Puebla, enlistó, como parte de las acciones para enfrentar la crisis de violencia en la región, la promoción de modelos de seguridad ciudadana, el establecimiento de rutas para una migración regular, el abordaje de las causas de la violencia y programas dirigidos a las juventudes.
Las propuestas también se refieren a la importancia de revalorizar y fortalecer los ecosistemas y la vida comunitaria, poniendo acento en el reconocimiento de los aportes de los pueblos indígenas y campesinos, y de los sistemas agroalimentarios; piden eliminar o regular los megaproyectos.
Finalmente, las Provincias de México y Centroamérica de la Compañía de Jesús recordaron que las movilidades humanas “traen buenas noticias y cambios positivos a los pueblos y enriquecen la cultura de lugares y comunidades”, y llamaron a la solidaridad y la hospitalidad a sus obras y comunidades.
Cabe recordar que los jesuitas acompañan a personas migrantes y refugiadas en la zona de México y Centroamérica desde 1980. Desde el 2001, en México, se creó el Servicio Jesuita a Migrantes y en el 2017 se reactivó el Servicio Jesuita a Refugiados para atender la frontera sur, y en el presente año se inició un proyecto en la frontera norte. En Centroamérica se articulan diversas instancias que hacen parte de la Red Jesuita con Migrantes en la región.
El documento está disponible para su descarga en este enlace.