A diferencia del año pasado, esta vez los Te Deum, en cada diócesis, pudieron realizarse con participación presencial de autoridades locales y fieles, aunque cumpliendo con el aforo autorizado.
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A la catedral de Santiago llegaron el presidente Sebastián Piñera, varios de sus ministros y otras autoridades de gobierno para participar en el Te Deum ecuménico que presidió el Arzobispo de Santiago, cardenal Celestino Aós.
En su homilía, el Cardenal expresó que “estamos saliendo del pozo de la pandemia y asustados buscamos afanosamente el progreso, el desarrollo”, describiendo luego aspectos de esta situación. “Estamos en una hora profunda y exigente, pero hermosa: la pobreza nos golpea y desafía en los rostros de los ancianos, de los enfermos, de los sin trabajo, de los inmigrantes”, agregó.
Los deberes de la solidaridad
Aludiendo a hechos recientes, expresó: “escandalosos son los fraudes y malversaciones; escandalosa es la corrupción y la violencia, la desigualdad y la injusticia. Las causas de subdesarrollo no son de tipo material, sino que con frecuencia se originan en que el hombre se desentiende de los deberes de la solidaridad”.
Al mismo tiempo hizo ver que “somos imperfectos y por muy perfectas que queramos hacer las cosas serán siempre mejorables. […] Creerse autosuficiente y capaz de eliminar por sí mismo el mal de la historia ha inducido al hombre a confundir la felicidad y la salvación con formas inmanentes de bienestar material y de actuación social”, precisó Aós.
En su homilía, el Cardenal dio gracias a Dios y pidió su bendición para los gobernantes, legisladores, magistrados y jueces “puestos al servicio del bien público y que entienden su tarea como un servicio a Chile y a todos los chilenos”. “Damos gracias y pedimos su bendición, agregó, sobre las mujeres y los varones que trabajan en la Convención Constituyente preparando y escribiendo una nueva Constitución que nos oriente y gobierne. Damos gracias por todos aquellos que buscan respetar y proteger los valores no negociables: el respeto y la defensa de la vida humana desde su concepción hasta su fin natural, la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer, la libertad de los padres para elegir el modelo y el establecimiento de educación de los hijos, la promoción del bien común en todas sus formas y la subsidiariedad del Estado que respeta la autonomía de organizaciones y colabora con ellas”.
Respeto por las personas y promoción de sus derechos
El arzobispo continuó agradeciendo por quienes “con buena voluntad se comprometen y trabajan para encontrar alivio y salida al problema de los pueblos originarios tanto en la Araucanía, que sufre enferma de violencia, como en los otros pueblos; te damos gracias, Señor, por aquellos que se preocupan de acoger, proteger, promover e integrar a los inmigrantes; te damos gracias por las mujeres y quienes las acompañan y que buscan respeto por sus personas y promoción de sus derechos. Te damos gracias por quienes acompañan a los jóvenes sin ilusión ni esperanza, y por quienes rezan y trabajan promoviendo las vocaciones al diaconado y al presbiterado”.
Concluyó sus expresiones de gratitud a Dios, mencionando a “todos los que se esmeran por una mejor salud y por una salud que alcance a todos; gracias por los que buscan ayudar a quienes tanto sufren víctimas de abusos eclesiales y de violencia civil, violencia familiar o de género. ¡Ilumina y fortalece la libertad de cada uno de nosotros para que no vuelvan a repetirse atropellos y delitos y para que encontremos formas de alivio y sanación!”, exclamó Aós.
El cardenal aludió también al reciente debate originado en la Convención Constitucional respecto a las mayorías para aprobar sus propuestas. “El criterio de la opinión de la mayoría vale en parte de las materias. En lo fundamental, donde está en juego la dignidad del hombre y de la humanidad, no basta el principio de la mayoría”, expresó Aós. Luego agregó que “hacer el mundo más justo no es solamente cambiar estructuras y crear las instituciones necesarias, se refiere también al carácter moral de las personas, lo que la cristiandad entiende como permitir a las personas ser más como Cristo”.
“No hay desarrollo pleno ni un bien común universal sin el bien espiritual y moral de las personas, consideradas en su totalidad de alma y cuerpo. Ya no es tiempo de alianzas de unos contra otros, sino de buscar en común soluciones a los problemas de todos”, precisó el Arzobispo. Con esta idea concluyó animando “a aquellos que están haciendo ejercicios de diálogo, a aquellos que están decididos a abrir su mente y su corazón. Y es desde el diálogo y no desde los documentos desde donde iremos construyendo la inclusión que valora y respeta a todos, individuos y pueblos. Nadie sobra en Chile”.
Piñera responde a Aós
Al término del Te Deum el presidente Piñera fue consultado por las expresiones del arzobispo respecto a los valores no negociables como “la familia, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer”, ya que recientemente el gobierno puso urgencia al proyecto de matrimonio igualitario que está siendo tramitado en el Congreso.
Piñera afirmó: “Compartimos los valores que ha expresado el arzobispo de Santiago: el valor de la vida, de la familia, el valor de la probidad y del bien común. Pero tenemos que reconocer que en nuestro país no todas las familias están unidas en un matrimonio. Por eso es muy importante que la legislación proteja a todos los niños y a todas las familias”, dijo el Presidente. Agregó que “una cosa es el mundo de la religión, que es un mundo voluntario (…), otra cosa es el mundo laico, de las leyes, que es obligatorio para todos y creo que la ley tiene que proteger a todas las familias”.
Gran oportunidad para Chile
En varias diócesis el Te Deum también tuvo carácter ecuménico. En sus homilías, los obispos abordaron también temas actuales como son la pandemia, el proceso constituyente, la solidaridad y la violencia, señalando que la justicia y el diálogo son el camino para construir la paz.
El arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, dio gracias “por la impresionante corriente de solidaridad que se vivió durante la pandemia para que a nadie le falte un plato de comida. La Iglesia católica hizo un trabajo admirable del cual me siento muy orgulloso”, expresó.
Respecto al momento que vive el país, agregó que “Chile vive momentos cruciales. Estamos en medio de un proceso para redactar una nueva constitución y en medio de un proceso para elegir a las más altas autoridades del país. Es una gran oportunidad para sacar el alma de Chile amante de la democracia, de la familia, de la vida, de la paz, de la prosperidad. Llegó la hora que cada acción personal, comunitaria, política, social, económica y religiosa tenga la mirada puesta en que los que están al borde del camino, los excluidos, vuelvan a la mesa que Dios nos preparó para todos. Esa es la política que queremos los chilenos”, afirmó Chomalí.