Colombia, llamada a buscar unida la auténtica democracia

Noemí Sanín, candidata presidencial de la derecha

(J. L. Celada) Ante la proximidad de las elecciones presidenciales del 30 de mayo, el presidente del Episcopado colombiano ha difundido un comunicado invitando a sus compatriotas a “continuar apoyando los procesos democráticos que se fundan en el respeto por la persona humana y de todos y cada uno de sus derechos, en la búsqueda incansable del bien común, en la responsabilidad social con los marginados y débiles…”. Rubén Salazar Gómez llama a todos a “ejercer el derecho y el deber del voto después de un ponderado análisis de los candidatos, su ética, su trayectoria, sus equipos y su proyecto de gobierno”. Una elección, en suma, que garantice “la construcción de una Patria solidaria y en paz”.

En su nota, el también arzobispo de Barranquilla constata cómo el resultado de las legislativas del 14 de marzo habla de “un país que avanza en conciencia crítica y en aprecio por el sistema democrático”. A su juicio, dicha convocatoria puso de manifiesto que “los electores muestran preferencias por aquéllos que en sus programas expresan mayor interés por las cuestiones sociales”. Asimismo, se felicita al comprobar que “no hay temor en mostrar indignación por los comportamientos que desdicen de la rectitud y transparencia que deben orientar los sistemas democráticos”, hasta el punto de que “muchos manifiestan su malestar ante comportamientos como la compra de votos, la utilización de dineros del narcotráfico, el tráfico de influencias, las presiones de cualquier índole”. “Ha quedado claro –reconoce el prelado– que la democracia se construye entre todos y se hace posible cuando hay respeto por los valores, cuando no utiliza la miseria o la ignorancia para lograr sus fines”.

No ignora Salazar, sin embargo, que el pluralismo democrático conlleva “una dinámica de competencia que pone en juego propuestas políticas y económicas diversas”, pero estas diferencias no pueden desviar a los candidatos del único objetivo: “La construcción del bien común”.

En plena Pascua, el llamamiento de la Iglesia colombiana concluye invitando a “dejar atrás los viejos vicios políticos y a buscar juntos los caminos de una auténtica democracia”.

En el nº 2.703 de Vida Nueva.

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