La iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) —que en España impulsan Cáritas, Conferencia Española de Religiosos CONFER, Hermandad Obrera de Acción Católica HOAC, Justicia y Paz, Juventud Estudiante Católica (JEC) y Juventud Obrera Cristiana (JOC)— celebra por séptimo año consecutivo la Jornada Mundial por el Trabajo Decente. Por ello, ITD ha lanzado un manifiesto bajo el lema “Ahora más que nunca trabajo decente”, en el que se define el empleo “como derecho y medio para desarrollarnos, crecer y realizarnos como personas”, y se establecen cuatro reivindicaciones para alcanzar un trabajo decente.
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Tal como subraya la organización, estas reclamaciones se hacen especialmente necesarias en el escenario marcado por la pandemia, que ha “añadido precariedad en el mundo del trabajo”. Por ello, “la nueva ‘normalidad’ no puede ser la precariedad que venimos sufriendo desde antes de la pandemia”, que obedece a “un modelo económico basado en el beneficio, que no duda en explotar y descartar a la persona”.
De esta manera, las organizaciones de ITD ponen el foco el aumento de la precariedad que la Covid-19 ha tenido como consecuencia para “el personal de limpieza y sanitario sin Equipos de Protección Individual”, junto a los problemas detectados en “las condiciones laborales y falta de medidas de prevención en riesgos para la salud de las trabajadoras de hogar; las personas teletrabajando sin disponer de medios tecnológicos y dispositivos por parte de la empresa” o aquellas “que, a pesar de estar en ERTE, se han visto obligados a teletrabajar desde casa”. Estas situaciones han impedido a un número importante de trabajadores “acceder a ERTE o cualquier tipo de escudo social”.
Las reivindicaciones de la Iglesia
El manifiesto denuncia, asimismo, las dificultades existentes en el acceso al trabajo derivadas del “modelo de relaciones laborales actual, que no asegura acceder a un trabajo decente que permita atender necesidades básicas como llegar a fin de mes, conciliar la vida laboral y familiar, el acceso a la vivienda, la seguridad y salud laboral, o la participación social”. Esta es una situación que afecta especialmente a jóvenes y mujeres, “víctimas de una de las mayores tasas de desempleo, trabajos peor remunerados y elevada rotación”.
Por todo ello, en esta Jornada Mundial por el Trabajo Decente, ITD pone el foco en las siguientes reivindicaciones:
- Que el Estado ponga los medios necesarios para asegurar el cumplimiento de la normativa sobre las condiciones de trabajo y prevención de riesgos laborales, con especial hincapié en las condiciones infrahumanas en las que siguen viviendo muchas personas trabajadoras temporeras en asentamientos de zonas hortofrutícolas.
- Asegurar un empleo de calidad en los sectores privado y público; disminuyendo la contratación temporal y parcial e impulsando la contratación indefinida y la jornada completa.
- Medidas de orientación y formación, no solo para personas desempleadas, sino accesibles a todas las personas trabajadoras, especialmente para aquéllas que sufren subempleo y precariedad en el empleo.
- La subida del Salario Mínimo, para que se ajuste a las necesidades vitales de la sociedad actual, y que familias sin ingresos tengan una defensa real y la posibilidad de salir adelante.
- Modificar el Reglamento de Extranjería para evitar la caída en situación de irregularidad sobrevenida de las personas migrantes.