El papa Francisco ha recibido en audiencia hoy a los miembros del Grupo Mixto de Trabajo Ortodoxo-Católico San Ireneo, que se está reuniendo estos días por primera vez en su sesión anual, y cuya labor consiste en un profundo trabajo teológico al servicio de la comunión entre católicos y ortodoxos. A ellos, Francisco les ha subrayado que no hay otra vía que la del diálogo y “el camino sinodal”. Así, les ha confesado su intención de hacer Doctor de la Iglesia a San Irineo.
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Y es que, tal como ha señalado el Papa, ha sido a través de la “paciencia constructiva del diálogo, especialmente con las Iglesias ortodoxas”, que se ha comprendido mejor “que la primacía y la sinodalidad en la Iglesia no son dos principios en competencia que deben mantenerse en equilibrio, sino dos realidades que se constituyen y se apoyan mutuamente en el servicio de la comunión”.
Unidad enriquecida por diferencias
A partir de esta visión, el Santo Padre ha apuntado que “un enfoque fructífero de la primacía en los diálogos teológicos y ecuménicos sólo puede basarse en una reflexión sobre la sinodalidad: no hay otro camino“. De hecho, como ha expresado con anterioridad, “en una Iglesia sinodal, incluso el ejercicio del primado petrino podrá recibir mayor luz”. “Confío en que, con la ayuda de Dios, el camino sinodal que se inaugurará en unos días en todas las diócesis católicas será una oportunidad para profundizar en este importante aspecto junto con otros cristianos”, ha aseverado.
En cuanto a la labor del grupo, el Papa ha afirmado que “es hermoso cultivar una unidad enriquecida por diferencias, que no ceda a la tentación de homologar la uniformidad”, porque “esto siempre es malo, no es de buen ánimo”. Asimismo, les ha animado a que, con la ayuda de Dios, “trabajen para derribar los muros de separación y construir puentes de comunión”.
