Javier Cortés repasa los 4 hitos para hacer de la educación católica una “escuela del cuidado”

El ex presidente de SM ha participado hoy con un mensaje en el I Foro Internacional Escuela Católica ‘Una escuela que cuida’, organizado por la editorial

Javier Cortés repasa los 4 hitos para hacer de la educación católica una “escuela del

Javier Cortés, ex presidente de SM, ha participado hoy en el I Foro Internacional Escuela Católica ‘Una escuela que cuida’, organizado por la editorial para profesionales de la educación de España e Iberoamérica. En su alocución, Cortés ha hecho un recorrido por los cuatro hitos necesarios para convertir la escuela católica, precisamente, en una escuela de cuidados.



En primer lugar, Cortés ha reflexionado acerca de aquellos elementos que hacen que nazca una seria preocupación por el mundo actual y su destino. “Los datos sobre la evolución de la humanidad acumulan malas noticias. Es un poco como el capítulo 1 de la ‘Laudato si'”, ha señalado, y ha afirmado, asimismo, que “todos tenemos la sensación de vivir en un mundo roto, que se resquebraja por muchos lugares”.

En este sentido, Cortés ha señalado que “lo que nos interesa es cuál es la interpretación, la narración, que se está haciendo sobre la situación en la que se encuentra la humanidad en este momento”. De hecho, ha apuntado que “estamos ante un cierto agotamiento de un modelo, en el que la crisis que empezó a forjarse del paradigma de la modernidad se manifestó a finales del siglo XX y ahora, en el siglo XXI, se ve con mucha más claridad”. “Algunos autores hablan de que estamos en el antropoceno, es decir, que en este momento es la actividad humana, por primera vez, la que está provocando cambios en la naturaleza”, ha apuntado Cortés.

Camino de esperanza

Ante todo esto surge el segundo paradigma del expresidente de SM: ¿qué puede hacer la escuela católica?. “Lo que no deberíamos hacer es insistir en la fuerza de los desastres que nos rodean y apoyar el cambio en el miedo. A veces la educación se equivoca de palanca para inculcar el mensaje en los alumnos. Nunca el miedo ha sido fundamento de ningún gran proyecto. Y nuestro motor, como creyentes en el evangelio, es la esperanza“, ha explicado.

Asimismo, ha matizado también que “sería un error abordarlo desde la moral, o apuntarnos a la moda. Me preocupa mucho que estemos perdiendo la esperanza en un mundo nuevo”. “Educar no es prevenir y marcar el camino bueno”, ha advertido Cortés.

Por otro lado, como tercer hito ha señalado que “dentro de la tradición que nos vio nacer tenemos recursos suficientes como para elaborar una respuesta que de camino de futuro a la humanidad“. Y, para ello, “podemos acudir a la Palabra de Dios para ver qué nos dice del mundo y de la humanidad”, porque Él es “el paradigma del cuidado, que nace de su propio ser cuidador con nosotros”. Por ello, la escuela católica debería “recuperar un ‘ser’, no una lista de valores que transmitir a los alumnos”.

Volver al vínculo

Por último, Cortés ha animado a plantearse cómo ofrecer una respuesta cualitativa ante todo esto. Y ha sugerido que, “mejor que una escuela que practica el cuidado, creemos una escuela vivida desde el vínculo”. “La educación, que es sacar lo mejor de cada uno, no se logra sin el elemento relacional“, ha apuntado, analizando, asimismo, de forma pormenorizada los sistemas relacionales que se dan en la escuela: alumno-profesor, alumno-alumno, escuela-familia, educador-tradición educativa, escuela-sociedad, escuela-naturaleza…

“¿Tenemos verdadero conocimiento del sufrimiento de nuestros alumnos? ¿O tenemos una mirada distante, de juicio, sobre ellos?”, se ha preguntado. Además, Cortés ha recordado que “el sistema educativo tiende a parcializar sus acciones didácticas y educativas. Un alumno no puede aprender bien nada sin la implicación de distintos profesores, porque la realidad no es parcial, no está acotada. ¿Dónde está el límite entre la Geografía y la Historia? ¿Y entre la Biología y la ética de la vida?”.

Por último, Cortés ha animado a los presentes a “afrontar la renovación curricular que necesita la escuela. Más allá de la innovación didáctica. Que consista en volver al vínculo, volver a conectar los contenidos con el sentido”.

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