¿Un Papa diferente?

Pues ahora queda claro. La animadversión en contra del papa Francisco no surge de su ser argentino, de resultarle antipático a sus enemigos, por más y que los paisanos de Maradona carguen con esa impronta sobre su personalidad. No. El problema no es étnico, ni siquiera racista. Estamos ante un problema teológico, y el cardenal Walter Brandmüller lo acaba de revelar: quiere un Papa diferente, ya no como Bergoglio, aunque no lo mencione por su nombre.

El purpurado alemán ha sugerido que, una vez muerto o habiendo renunciado el actual Pontífice, se reforme el cónclave para seleccionar a su sucesor, y que se modifiquen los actuales criterios de elegibilidad. Uno de estos cambios es que el siguiente Papa ya no provenga de las periferias, sino de la curia romana. Así como lo está usted leyendo.

Sugiere, entonces, Brandmüller, que los candidatos hayan ocupado un alto cargo en la institución vaticana por al menos cinco años, pues es importante -continúa- que tengan una experiencia directa en las estructuras, los procedimientos y los problemas de la curia romana.

No importa si el siguiente Papa es africano, europeo o asiático. Tampoco si su lengua materna es el inglés, el francés o el español. ¿Rubio o moreno? Es intrascendente. Lo verdaderamente relevante es que sea un funcionario curial.

Y aquí es en donde nos encontramos con un problema teológico de fondo, y tiene que ver con la misión de la Iglesia. Si Francisco de Roma propuso una de puertas abiertas y en salida, el cardenal germano la quiere enclaustrada y con sus puertas cerradas. Si Bergoglio anhela una pobre para los pobres, Brandmüller la desea disfrutando de las comodidades que ofrecen las oficinas vaticanas. ¿Anunciar la alegría del evangelio, en permanente contacto con los fieles? Para nada: recluirse en las sombras de la institución es lo de mañana. Ya no más correr el peligro de contagiarse al tocar a los enfermos, sino resguardarse en la seguridad de los museos.

Bergoglio puede estar tranquilo. Sus adversarios no la traen contra él por cuestiones culturales, sino teológicas. Veremos si en el próximo cónclave -que se acerca de manera irremediable- triunfa la teología de Francisco, con un sucesor capaz de dar continuidad a su proyecto de apertura, o la de Brandmüller, quien ya apostó por la cerrazón.

Pro-vocación

Y hablando de periferias y teologías. La Pontificia Universidad Católica de Perú, el Instituto Bartolomé de las Casas, y el Centro de Estudios y Publicaciones, organizó en esta semana que termina un seminario internacional, para homenajear a Gustavo Gutiérrez, al cumplirse 50 años de su paradigmática publicación ‘Teología de la Liberación, Perspectivas’. Honor a quien honor merece.