Poderosos grupúsculos fundamentalistas están difundiendo la mentira de que el Papa propugna un cristianismo sin Dios, solo compuesto de valores “buenistas”. Una de sus afirmaciones favoritas es que la Iglesia se dedica a hablar de ecología –un ámbito que no consideran competencia del cristianismo– y no proclama a Cristo. Sin embargo, es todo lo contrario. Tan solo hay que oír o leer un poco para confirmar la evidencia de que Francisco no cesa de hablar de Dios a todas horas.
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Por ejemplo, los dos principales mensajes del Papa para la Cumbre COP26 lo demuestran sin ambigüedad. En su breve mensaje del 29 de octubre, a través de la BBC, Francisco afirma que hay una ruptura del vínculo de la humanidad con el precioso don de la creación, que la conversión espiritual es la única vía que conduce a un horizonte luminoso y que la unidad de la familia humana es el proyecto de Dios para el mundo.
En el encuentro Fe y ciencia: hacia la COP26, celebrado el 4 de octubre en el Vaticano, afirmó que cada criatura fue donada por el Creador a los demás, que todos los seres son guiados por Dios para el bien de toda la creación, que la interdependencia surge de la Trinidad divina y que la alianza entre humanos y medio ambiente es reflejo del amor de Dios.
Una mentira maliciosa
El Papa, los sínodos y las más de 800 organizaciones del Movimiento Laudato si’ han llevado la ecología integral a la vida de los 1.300 millones de católicos del mundo y han llevado a Jesucristo al corazón de la conciencia medioambiental de la humanidad del siglo XXI.
Sugerir o difundir que el Papa no habla de Dios, de Cristo y de la Trinidad es una mentira maliciosa al servicio de los poderes mundanos.