Poco antes de las 10 de la mañana de este lunes, 14 de febrero, ha comenzado en la sala Voltaire del tribunal de París el juicio por la muerte violenta del sacerdote de 86 años Jacques Hamel mientras celebraba la misa en Saint-Étienne-du-Rouvray, en Normandía, y dejó gravemente herido al feligrés Guy Coponet –quien, con 92 años, fue obligado a grabar el atentado–. El atentado se produjo el 26 de julio de 2016 y ahora se sientan en el banquillo como acusados Jean-Philippe Steven Jean-Louis, Farid Khelil y Yassine Sebaihia.
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Los tres acusados atacaron el lugar junto a Adel Kermiche y Abdel-Malik Petitjean, que fueron abatidos por la policía el mismo día del atentado; y un sexto miembro que supuestamente fallecido en Siria y que habría sido el instigador, Rachid Kassim. A los tres acusados que han llegado al juicio se les imputa el delito de “asociación de malhechores con fines terroristas criminales”, que conlleva penas de 20 a 30 años, ya que los presenten en el juicio habrían ayudado en cuestiones logísticas y de organización del atentado.
Primeras dificultades
El juicio por el primer ataque del Isis a una sacerdote en Europa está previsto que dure cuatro semanas. Si bien los acusados, han declarado ante el juez Franck Zientara, ha habido las primeras complicaciones. Así, la madre Steven Jean-Louis se ha marchado a Haití –país del que procede– a tratarse un cáncer, algo que provocó los recelos del presidente del tribunal. Se han negado a testificar la madre de Kassim, que reniega de su hijo y las tres religiosas presentes en la misa que fue asaltada invocando su avanzada edad. La defensa ha denunciado también el cambio de opinión en la declaración que puedan hacer los padres de Adel Kermiche, según publica ‘La Croix’.
Aunque el gran escollo es la falta de colaboración por parte de los agentes de la Dirección de Inteligencia de la Prefectura de Policía de París, los que acudieron al lugar de los hechos. Estos han presentado unos certificados médicos para evitar pasar por el estrado y sería representados por el director del departamento. Los agentes, habrían recibido amenazas del entorno de algunos de los acusados. El juez aún no se ha pronunciado sobre el tema.