Los próximos meses son decisivos en lo que a la nueva ley de Educación, la Lomloe o Ley Celáa, se refiere. Las distintas comunidades autónomas tendrán que ir poco a poco concretando principios y contenidos. Algo que también llegará a la asignatura de Religión Católica. La consejera de Educación en funciones de la Junta de Castilla y León, Rocío Lucas, se ha pronunciado con claridad recientemente en el VI Congreso Regional de profesores de la materia que se celebró en Burgos el pasado 19 de febrero.
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Si bien la situación de interinidad del gobierno autonómico es el que es –hasta que se forme el ejecutivo tras sus correspondientes pactos y acuerdos necesarios–, la consejera ha asegurado que la Junta ya tiene muy avanzado “en el ámbito de sus competencias en la configuración de la parte autonómica del currículum” y que desarrollará la ley de tal manera que permita “mantener el peso de la asignatura de Religión como en cursos anteriores”. No se ha quedado ahí, sino que ante 350 profesores de Religión ha garantizado tanto el número de horas semanales de la materia y que existirá una “asignatura alternativa a la clase de Religión”.
Comprender el mundo
Aunque el auditorio estaba motivado con el tema, Lucas defendió que “la formación religiosa es algo fundamental por sí misma, pero también es algo que trasciende de lo puramente religioso. Sin religión no es posible comprender el mundo actual, ni ofrecer una formación humanística merecedora de tal nombre”. Transmitiendo “apoyo y la tranquilidad”, reclamó que “hay que garantizar el respeto a derechos constitucionales como la libertad religiosa, de libertad de elección de centro o el derecho que a todos nos asiste de recibir la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con las propias convicciones”.
Teniendo en cuenta que la campaña electoral ha terminado, no se escondió la consejera al afirmar cosas como estas: “Tenemos muy clara la importancia de la asignatura de Religión para profundizar en los valores sociales, en un desarrollo ético coherente, para potenciar la personalidad y fortalecer la madurez del alumnado, y ayudarles en sí a comprender el mundo que los rodea”. “Quiero que estéis convencidos de nuestra voluntad por reconocer vuestra labor, por vuestra equiparación al resto de docentes en cualquier mejoría”, sentenció Lucas. El propio arzobispo de Burgos, Mario Iceta, presente en el acto agradeció unas palabras tan claras.
Aunque en el congreso se trataron cuestiones relacionadas con el nuevo currículum escolar, la evaluación, la pedagogía actual o hasta el Camino de Santiago… hasta el Fórum Evolución de Burgos; las palabras de la consejera –arropada por el delegado territorial de la Junta, Roberto Sáiz, y el director provincial de Educación, Antón Quirce– no decepcionaron. La Religión es “una asignatura como una catedral” –rezaba el lema del congreso–, pues las palabras de Lucas –cada uno vea el valor de la palabra de un político– han sido un buen aliciente al comprometerse a “proteger” la materia “frente a una ley que reduce al mínimo posible”.