La rodilla del Papa está frenando su participación plena en los actos de esta Semana Santa de vuelta a la casi normalidad después de la pandemia. Tanto es así que esta tarde no pudo presidir la Vigilia Pascual, la celebración central del año para la Iglesia en la que se conmemora la resurrección de Cristo.
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Francisco cedió al cardenal Giovanni Battista Cardenal Re, decano del colegio cardenalicio, que presidiera la eucaristía. Re también fue el encargado de llevar a cabo el rito de la bendición del fuego y la preparación del cirio pascual. Mientras tanto, el pontífice siguió la misa desde su sede, que situaron en primera fila de la nave central, a ras de suelo.
Bautismo, confirmación y comunión
Eso sí, el pontífice argentino se reservó para sí tanto la homilía, como el bautizo de siete nuevos católicos procedentes de Italia, Estados Unidos de América, Albania y Cuba, que después recibieron la confirmación y la comunión.
Ya en el Domingo de Ramos se abstuvo de formar parte en la comitiva de la procesión de las palmas. Y en la celebración de la Pasión del Señor del Viernes Santo se suprimió la postración ante la cruz del Papa debido a su dolencia. En el Vía Crucis del Coliseo no se hizo modificación alguna en el programa, puesto que siempre ha seguido la oración sentado en el Monte Palatino. Sin embargo, en las imágenes distribuidas por el Vaticano del lavatorio de los pies del Jueves Santo sí se le vio arrodillado ante los reclusos de la cárcel de Civitavecchia, a las afueras de Roma.