Estábamos en pleno capítulo provincial cuando nos llegaron las primeras noticias sobre la invasión de Ucrania por parte de Rusia. No entendíamos demasiado la situación, pero tres de los capitulares eran claretianos destinados en Rusia (hoy también tenemos la suerte de conocer lo que el pueblo ruso está pasando) y pronto nos sentimos involucrados. Los horrores de la guerra iban llegando como flujo de noticias y desde Fundación Proclade, nuestra ONG, pronto nos pusimos en marcha.
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Habíamos visto en las redes que existía una comunidad claretiana en Ucrania en la ciudad de Truskavest, atendiendo también la de Boryslav, junto a una comunidad religiosa femenina, las dos cerca de la frontera con Polonia. Tirando del hilo (bendito hilo de ser congregación) llegamos a contactar con el Provincial de Polonia, Piotr Beza, de quien dependen esas casas.
También tuvimos la suerte de que Piotr habla muy bien el castellano y pronto comenzamos a tejer redes de comunicación. Toda la información era bastante confusa pero ya se relataba que miles de refugiados comenzaban a huir del horror de la guerra.
Hablando con los hermanos ucranianos y polacos, desde Fundación Proclade decidimos lanzar una campaña de emergencia para poder ayudar a tantas personas refugidas. Desde la Fundación tenemos experiencia en este tipo de campañas, pero nunca se nos había dado el caso de hacerla para un país de Europa.
Desbordados por tanta generosidad
Nos quedaba el reto de darlo a conocer entre nuestras posiciones. Fue muy sencillo porque las comunidades, las parroquias, los colegios, los colegios mayores, la revista Vida Religiosa, el departamento de comunicación de la Provincia… han ido contando lo que iba sucediendo y lo que sucede. Todavía estamos desbordados por tanta generosidad. Ya hemos recaudado unos 150.000 euros que se han ido enviando.
Con ellos se cubren las necesidades más básicas (comida, medicamentos, generadores eléctricos, mantas, artículos de higiene…) de las personas refugiadas que están de paso en la comunidad de Ucrania y las de las personas que llegan a las distintas posiciones de Polonia. En Ucrania también se ha abastecido a un pequeño hospital y atendido a las necesidades de algunos de los habitantes más desfavorecidos de los pueblos cercanos.
Con nuestros hermanos en Polonia y Ucrania ya estamos comenzando a hablar del futuro a medio plazo que aún es algo incierto. ¿Qué necesidades se prevén? ¿Cómo podemos atenderlas juntos? ¿Qué pasos ir dando en Ucrania?
En España hemos ofrecido el proyecto de acción social Espacio de cuidados que Proclade tiene en Madrid para la acogida y el acompañamiento de las personas refugiadas que lo necesiten. Tenemos una larga experiencia que creemos puede ayudar a quien lo solicite. También estamos dialogando con Cáritas española, con la Mesa por la Hospitalidad de Madrid y con algún ayuntamiento para ir viendo necesidades y opciones de acogida en algunos inmuebles.
Todo ello está siendo una experiencia de generosidad y de acompañamiento, aquí y allá. En medio de este sinsentido que es la guerra descubrimos el lado más hermoso de personas que dan y se dan. Sobre todo, de nuestros hermanos que han decidido quedarse en Ucrania para acompañar tanto dolor y ser esperanza y fuente de paz.