120 aspirantes a exorcistas o a ejercer como asistentes en estos peculiares ritos contra el demonio, provenientes de 24 países, participan en la XVI edición del curso presencial sobre “Exorcismo y Oración de Liberación’ que se celebra esta semana en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum (APRA) de Roma. En en sus tres lustros de recorrido, más de 800 alumnos han pasado ya por este seminario, único en el mundo académico por su carácter científico y multidisciplinar.
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“Antes con los exorcistas pasaba un poco como el ‘far west’: había poca organización y cada uno iba por su cuenta. Ahora se ha mejorado mucho la calidad y la atención en multitud de diócesis, que cuentan con oficinas para atender a las personas que precisan de este ministerio y con psicólogos y sacerdotes que acogen a los fieles antes y después de los exorcismos”, destacó el P. Pedro Barrajón, profesor de teología del APRA, en la presentación del curso este lunes.
En esta edición del seminario se ofrece una charla sobre los exorcismos en el islam sunní y una mesa redonda sobre cómo se afronta la cuestión en las distintas Iglesias cristianas. “Es un punto de ecumenismo, de diálogo con otras denominaciones cristianas, aunque no hagan exorcismos y solo recurran a la oración de liberación”, señaló el P. Luis Ramírez, coordinador del Instituto Sacerdos y otro de los organizadores del curso.
“Analizamos cómo viven los exorcistas”
El seminario se estructura en sus cinco bloques habituales, dedicados al aspecto teológico-litúrgico, al análisis de las situaciones sociales que propician esta situación, al análisis del fenómeno en diversos continentes, a la importancia del acompañamiento y a la práctica pastoral. “Seguimos además actualizando nuestra investigación científica sobre el exorcismo”, afirmó Ramírez. Dicho estudio ya fue presentado el pasado mes de noviembre (VN número 3.248), mientras que ahora trata de profundizarse más en la cualidad del fenómeno. “Analizamos cómo viven los exorcistas y los equipos que les asisten, si es que los tienen”.
La investigación ofrece también una reflexión sobre cómo la pandemia afectó a este fenómeno, en particular en Italia. “En el tiempo del confinamiento había que recurrir al teléfono o a las videollamadas, lo que resultaba muy difícil para los exorcistas. Ha habido un impacto en el acompañamiento para las personas que estaban pasando por estos procesos. Aunque el sacerdote encargado de realizar el exorcismo quisiera ayudar, no podía estar presencialmente”, destacó el coordinador del Instituto Sacerdos.