Rafael Salomón
Comunicador católico

Hacia una mayor unidad en la Iglesia


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Reflexionar acerca de la unidad de los cristianos es adentrarse en un tema complejo y con muchas aristas. Y es que la naturaleza humana se hace presente en nuestros diferentes y diversos puntos de vista. Unificar criterios sigue siendo un tema pendiente en la historia de la humanidad, ni la política, ni la economía, ni la religión han podido lograrlo.



Así que caminar hacia un mismo objetivo conlleva una gran complejidad, de manera tal que, ser y hacer Iglesia solo puede ser posible desde la óptica del servicio, ya que la experiencia relacionada a querer unirnos, solo nos ha llevado a encontrar nuestras diferencias más obvias y a caminar cada cual por su lado. Hemos sido testigos de sismas, separaciones y hasta de rompimientos entre los mismos grupos.

Nada de qué alarmarse, las diferencias siempre estarán presentes en nuestras vidas, ya lo mencioné es esencia humana tener enfoques diferentes y tratar de unificar criterios es muy poco alcanzable. Los mismos apóstoles lo experimentaron, cada cual era de uno o de otro, evidenciando la falta de unidad. “¿Qué, pues, es Pablo? ¿Y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno ha concedido el Señor. Yo aplanté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento”. 1 Corintios 3, 4-9.

comunidad parroquial

Una nueva forma de ser y hacer Iglesia

Siempre ha sido así y esto debería darnos la certeza que nuestra Iglesia avanza aun a pesar de nosotros, de nuestra falta de querer caminar juntos y como hermanos. Personalmente veo el milagro del amor, porque en ocasiones muchos hermanos no quieren hacer Iglesia y aunque parezca extraño, la Iglesia se va haciendo poco a poco, se va forjando de una forma sobrenatural, sin el consentimiento y el apoyo, de unos cuantos y sigue en pie.

Para unirnos debemos hablar de humildad y ese es otro tema, pocas veces queremos aceptar nuestras limitaciones y reconocer que nos falta mucho para comprender lo sencillo que es el Evangelio, pero es ahí donde el poder, la soberbia y la importancia personal se hacen presentes, alejándonos de la unidad verdadera, esa que el maestro Jesús enseñaba y practicaba.

Cada uno de nosotros sabemos en lo que debemos trabajar y cada cual conoce sus limitaciones, pero lo que es una realidad es la falta de entendimiento para unificar y caminar en comunidad. Nada se ha perdido, más bien creo que podemos hacer muchas cosas por la Iglesia que somos y de la que formamos parte activa.

Seguidores de Jesús y fieles a su Espíritu podemos establecer una nueva comunicación, mejores relaciones en nuestra sociedad mostrando que la Iglesia universal puede y sabe avanzar. Hoy la Iglesia está más allá de la parroquia, ha evolucionado y ahora está en las pantallas, en las redes sociales, ha crecido y es tiempo de reconocer que hoy vivimos una nueva forma de ser y hacer Iglesia. En cuanto al tema de la unidad, creo que será una constante en la vida de la humanidad.