“Para nosotras la comunicación del gobierno fue una completa sorpresa, tuvimos que abandonar nuestras casas rápidamente”, han lamentado las 18 Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa que han sido expulsadas de Nicaragua por el gobierno de Ortega. “Nunca hemos hecho ningún tipo de actividad política, y recordamos que el presidente Ortega había conocido a la Madre Teresa. Nuestro pensamiento siempre ha sido servir a los pobres. Por supuesto, el país está sufriendo, especialmente la Iglesia, que es perseguida. No hay libertad, pero la situación económica también es difícil, y cada vez hay más falta de trabajo”, lamentan.
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“Nos fuimos con un gran dolor en el corazón, dejando a nuestros pobres allí”, relata la hermana Agnesita a la agencia italiana Sir desde Costa Rica, donde han sido acogidas. “Nuestro pensamiento, servir a los pobres”, reitera la religiosa. “Nuestro dolor se equilibra con la acogida que hemos encontrado aquí, la Iglesia de Costa Rica nos ha abierto los brazos. Que se haga la voluntad de Dios”, apunta.
Las casas repintadas
Las monjas tenían tres presencias en Nicaragua, dos en Managua y una en Granada. Allí atendían un hogar para ancianos, una guardería, un centro de atención a adolescentes en riesgo social y daban asistencia básica a los pobres. “Para nosotras, la comunicación del gobierno fue una completa sorpresa, tuvimos que dejar nuestras casas rápidamente”, lamenta.
“Aquí, en Costa Rica, hay muchas personas que se ven obligadas a abandonar Nicaragua. Nos ocuparemos especialmente de ellos”, han ratificado. “Las casas de las monjas ya han sido ocupadas por los leales al régimen, ya han sido repintadas, las imágenes sagradas han sido retiradas, han querido borrar cualquier rastro de la presencia de las Misioneras de la Caridad”, señala un periodista nicaragüense.