Enrique Lluc
Doctor en Ciencias Económicas

Poseídos


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En estas dos semanas primeras de agosto y, sabiendo que este es un mes propicio para la lectura, voy a comentar dos libros que he leído recientemente que pueden resultar interesantes para los lectores de este blog. En primer lugar voy a hablar un poco de la obra de Bruce Hood que se titula “Possessed, Why we want mor than we need” (poseído, por qué queremos más de lo que necesitamos).



Este texto tiene muchas cosas interesantes pero tal vez la primera sea la diferenciación entre posesión y propiedad. Mientras que la posesión precisa de un control sobre el bien de que se trata y la compartimos con muchas especies animales que también consideran como suyo un terreno que vigilan o alguna herramienta o bien que utilizan, los humanos vamos más allá y nos consideramos propietarios de cosas que están fuera de nuestro alcance o que no hemos visto nunca.

Por lo tanto, la idea de propiedad es algo que solamente tenemos las personas y que va más allá de poseer algo de una manera física. La propiedad tiene una dimensión cultural que hace que se precise de un pensamiento complejo para aceptarla como real.

Posesiones

De hecho, nuestra idea de nosotros mismos tiene, con frecuencia, una segunda parte que es lo que algunos han denominado nuestro “yo extenso”que nos ata a bienes materiales que consideramos que son parte de nuestra vida, de nuestro yo. Lo que tenemos, lo que poseemos, lo que es de nuestra propiedad es parte de nuestra persona y nos vemos atados a esos bienes y podemos traspasar esa propiedad a otros. El autor aduce que esta idea se da sobre todo en la sociedad occidental y en su manera de entender la vida, porque en otras culturas el yo extenso no es material y está basado en la propiedad.

Sentirnos superiores al otro

Además, con frecuencia utilizamos los bienes y las propiedades para diferenciarnos de los demás. Basamos nuestras características no solo en lo que somos, sino también en lo que tenemos. Por ello la fiebre por el lujo, por tener cosas exclusivas que creemos que nos hacen mejores y diferentes a aquellos que no las tienen. El ansia por ser el primero, por compararse con el otro, por ser más, nos lleva a esta búsqueda de propiedades que nos permitan esa comparativa y sentirnos superiores al otro.

Estos y otros motivos señalados en el libro, nos llevan a querer tener más de lo que necesitamos. Y esto a pesar de que, como señala el autor, a partir de una determinada cantidad de ingresos anuales, se constata que elevar las rentas y obtener más dinero no tiene como consecuencia mejorar la felicidad de las personas y que el estilo de vida materialista que busca siempre tener más es uno de los que más infelicidad producen (según constatan algunos informes). Interesante libro que nos hace pensar sobre nuestra relación con las cosas que tenemos, adquirimos y deseamos.