Los 5 discursos más impactantes de Benedicto XVI

Los 5 discursos más impactantes de Benedicto XVI

El 19 de abril de 2005, Joseph Ratzinger fue elegido como el papa 265 de la historia de la Iglesia católica, eligiendo el nombre de Benedicto XVI. Un pontificado que concluyó con su renuncia, que se hizo efectiva el 28 de febrero de 2013, pasando desde entonces a ser papa emérito. Con motivo de su muerte hoy, Vida Nueva recupera cinco de sus discursos que pasarán a la historia.



12 de septiembre de 2006

Benedicto XVI volvió como Papa a la Universidad de Ratisbona donde había sido profesor e impartió una lección magistral sobre ‘Fe, razón y la universidad’. Una cita del emperador bizantino Manuel II Paeólogo sobre el islam, fuera del contexto del discurso sobre el encuentro del cristianismo y la filosofía helénica encendió la polémica con el islam, que poco después se vio superada con la visa del Papa a la Mezquita Azul de Estambul. “Muéstrame también lo que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malas e inhumanas, como su disposición de difundir por medio de la espada la fe que predicaba”, decía textualmente. El malentendido ha provocado que muchos se acerquen a un discurso que es una hoja de ruta sobre el diálogo fe y razón en el contexto universitario.

17 de enero de 2008

Visita cancelada a la universidad romana de La Sapienza. Aunque a Benedicto XVI la aulas universitarias no le han sido ajenas ya que ha sido profesor prácticamente desde su ordenación sacerdotal, hay una Universidad que le ha cerrado las puertas, la principal de Italia. Dos días antes de su visita, el 15 de enero, rechazó inaugurar el curso del ateneo romano tras las quejas de un pequeño grupo de profesores –60 de los 4.500 de la universidad–. La universidad, dirá el texto remitido por el Papa, “tiene la misión de mantener despierta la sensibilidad por la verdad; invitar una y otra vez a la razón a buscar la verdad, a buscar el bien, a buscar a Dios; y, en este camino, estimularla a descubrir las útiles luces que han surgido a lo largo de la historia de la fe cristiana y a percibir así a Jesucristo como la Luz que ilumina la historia y ayuda a encontrar el camino hacia el futuro”.

18 de abril de 2008

Benedicto XVI visitó la sede de la ONU, como otros pontífices. “Las Naciones Unidas siguen siendo un lugar privilegiado en el que la Iglesia está comprometida a llevar su propia experiencia ‘en humanidad’, desarrollada a lo largo de los siglos entre pueblos de toda raza y cultura, y a ponerla a disposición de todos los miembros de la comunidad internacional. Esta experiencia y actividad, orientadas a obtener la libertad para todo creyente, intentan aumentar también la protección que se ofrece a los derechos de la persona. Dichos derechos están basados y plasmados en la naturaleza trascendente de la persona, que permite a hombres y mujeres recorrer su camino de fe y su búsqueda de Dios en este mundo”, reclamó.

17 de septiembre de 2010

Benedicto XVI no solo se convirtió en el primer papa en visitar el principal templo anglicano, la abadía de Westminster; sino que ha dejado huella en Londres con su encuentro con 1.800 representantes de la sociedad británica en las dependencias del parlamento. Recordando la condena de santo Tomás Moro, recordó que “el papel de la religión en el debate político no es tanto proporcionar dichas normas, como si no pudieran conocerlas los no creyentes. Menos aún proponer soluciones políticas concretas, algo que está totalmente fuera de la competencia de la religión. Su papel consiste más bien en ayudar a purificar e iluminar la aplicación de la razón al descubrimiento de principios morales objetivos”.

22 de septiembre de 2011

En un nuevo viaje a Alemania, Benedicto XVI podrá de pie (dos veces) a todo el parlamento federal alemán, el Reichstag en Berlín. La razón, el derecho o la ecología estuvieron en el centro de su intervención. Los alemanes “hemos experimentado cómo el poder se separó del derecho, se enfrentó contra él; cómo se pisoteó el derecho, de manera que el Estado se convirtió en el instrumento para la destrucción del derecho; se transformó en una cuadrilla de bandidos muy bien organizada, que podía amenazar el mundo entero y llevarlo hasta el borde del abismo”, señaló defendiendo la fuerza de la justicia.

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