Benedicto XVI participó la penúltima semana de su pontificado en sus últimos ejercicios espirituales con la Curia como Papa, dentro de las tradicionales meditaciones de Cuaresma, que en esa ocasión fueron dirigidas por el todavía hoy presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, el cardenal Gianfranco Ravasi.
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Con el tema ‘Ars orandi, ars credendi. El rostro de Dios y el rostro del hombre en la oración’, los ejercicios espirituales estuvieron lógicamente influidos por la decisión de Benedicto XVI de renunciar a la sede petrina.
“Usted ha permanecido durante estos ocho años con nosotros. Pero, de ahora en adelante, sabemos que, en el monte, está su intercesión por nosotros”, reflexionaba Ravasi en la primera jornada de los ejercicios, el domingo 17 de febrero de 2013, tomando la figura bíblica del Éxodo, cuando Moisés oraba en el monte durante la batalla de los israelitas contra los amalecitas y mantenía los brazos en alto para asegurar la victoria del pueblo elegido.
En esta misma reflexión, el cardenal instaba a los presentes a liberarse de “las ortigas de las habladurías”, en un momento especialmente sensible como ee, que antecedía a la celebración de un Cónclave para elegir al próximo Obispo de Roma.
17 meditaciones
Los ejercicios se concretaron en 17 meditaciones, que tuvieron lugar en la Capilla Redemptoris Mater del Palacio Apostólico del Vaticano. Ravasi inició la meditación disertando sobre los “verbos de la oración”, que son, “respirar, pensar, luchar y amar”, según revelaba el purpurado a través su cuenta de Twitter.
El cardenal italiano también hizo extensiva cada meditación a sus seguidores, emitiendo cada día el título de las tres meditaciones que se realizaban, así como distintas citas de autores de la cultura o la teología.
La primera parte de los ejercicios espirituales estuvo dirigida a tratar el “rostro de Dios”, en la que las meditaciones estaban encauzadas a reflexionar sobre el Dios presente tanto en lo cotidiano como en la Historia de la Humanidad, y su comunicación en la liturgia.
“Agradecidos porque Dios nos ha vuelto a hablar”
La segunda parte de los ejercicios estuvo centrada en el “rostro del hombre”, en el hombre creyente, pero también en Cristo como liberador del sufrimiento humano. Ravasi incluyó entre los temas de estas meditaciones al “hombre frágil”, al “hombre que sufre”, al “hombre sin Dios”; pero también “al hombre sapiente y feliz” o “al hombre y el amor”.
“Quedamos agradecidos porque la Palabra de Dios nos ha vuelto a hablar, una vez más, con nuevo vigor”, aseguró Benedicto XVI en la última jornada de los ejercicios, el sábado 23, en una reflexión sobre la razón, la verdad y el amor.
Durante sus palabras de conclusión, el Papa también quiso dejar un mensaje de gratitud a todos los que le han acompañado en su pontificado: “Al final, queridos amigos, quisiera agradecer a todos. Y no solo por esta semana, sino por estos ocho años, en los que han llevado conmigo –con gran competencia, afecto, amor y fe– el peso del ministerio petrino. Queda en mí esta gratitud y aunque ahora termine, permanece una profunda comunión en la oración”.
El cardenal Ravasi, que dirigía por primera vez estos ejercicios, recibió una carta apostólica en la que el Papa le daba su agradecimiento. En esta misiva, Benedicto XVI le felicitaba por “un itinerario muy sugestivo”, así como reflexionaba acerca del título de los ejercicios y la vinculación del ‘ars credendi’ con el Año de la Fe, que él mismo convocó y concluyó después Francisco.
“El Sucesor de Pedro y sus colaboradores están llamados a dar a la Iglesia y al mundo un claro testimonio de la fe, y esto solo es posible gracias a una inmersión profunda y duradera en el diálogo con Dios”, agregó el Papa en su agradecimiento a Ravasi.