El arzobispo de Santiago de Compostela, Julián Barrio, ha sacado hoy la cara por los 12.000 participantes en la Peregrinación Europea de Jóvenes que se clausuraba esta mañana en el Monte del Gozo. Para el pastor, se han divertido “sanamente”.
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Con esta sentencia, Barrio salía al paso de algunas protestas alentadas por el BNG y Compostela Aberta que cuestionaron la presencia y el comportamiento de los peregrinos en la capital gallega durante esta semana. El arzobispo no dejó una sola rendija a la desconfianza.
Armonización
“¿Le vamos a pedir al agua del mar que no sea salada?”, se preguntó ante los medios de comunicación en la rueda de prensa que cerró el macroevento. Es más, para el arzobispo, la manera en la que se han comportado los participantes “armoniza y no desarmoniza”.
A partir de ahí, hizo un llamamiento a la sociedad a “cambiar el cliché” sobre la llamada generación Zeta: “Sin pesimismos ni utopías, pero son jóvenes muy pegados a la realidad. Son una esperanza para todos”. Además, planteó que él ha visto con sus propios ojos a jóvenes “que rezan y que han vivido la oración”, además de estar “preocupados por el mundo que los rodea”.
Declaraciones ideológicas
La Peregrinación Europea de Jóvenes ha encontrado en estos días el respaldo institucional en bloque tanto del Ayuntamiento como de la Xunta. De hecho, el presidente gallego Alfonso Rueda calificó las acusaciones de los nacionalistas de “declaraciones más bien ideológicas” y puso en valor la acogida compostelana a “todos los peregrinos, sean ricos, pobres, jóvenes o ancianos” que deben ser “justamente recibidos y diligentemente atendidos”.