“La Madre del Señor es modelo de los jóvenes en movimiento, no inmóviles frente al espejo contemplando su propia imagen o ‘atrapados’ en las redes. Ella estaba totalmente orientada hacia el exterior. Es la mujer pascual, en permanente estado de éxodo, de salida de sí misma hacia el gran Otro que es Dios y hacia los demás, los hermanos y las hermanas”, según ha señalado el papa Francisco en su mensaje para la XXXVII Jornada Mundial de la Juventud 2022 y 2023.
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‘María se levantó y partió sin demora’ (Lc 1,39) es el título de este texto, el tercero del camino hacia la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa, con los que el Pontífice ha querido acompañar el caminar de los jóvenes hasta la multitudinaria cita en Portugal en agosto de 2023. En 2020, el tema fue ‘¡Joven, a ti te digo, levántate!’ (Lc 7,14), y el año pasado, ‘¡Levántate! Te hago testigo de las cosas que has visto’ (cf. Hch 26,16).
“El verbo común a los tres temas es levantarse, una expresión que –es bueno recordar– adquiere también el significado de ‘resurgir’, ‘despertar a la vida'”, expone Jorge Mario Bergoglio, que recuerda que este año se celebrará la JMJ en las Iglesias locales el 20 de noviembre.
Pero para levantarse y caminar, el Papa solo encuentra una vía, hacerlo junto a los mayores. “Los jóvenes son siempre la esperanza de una nueva unidad para la humanidad fragmentada y dividida. Pero solo si tienen memoria, solo si escuchan los dramas y los sueños de sus mayores”, ha señalado. Por eso, “es necesaria una alianza entre los jóvenes y los ancianos, para no olvidar las lecciones de la historia, para superar las polarizaciones y los extremismos de este tiempo”, ha añadido.
María, al encuentro de Isabel
En el amplio mensaje, Francisco invita a los jóvenes a meditar juntos la escena bíblica en la que, después de la anunciación, la joven Virgen María se levanta y sale al encuentro de su prima Isabel.
A partir de la reflexión sobre la prisa que caracteriza a María, Bergoglio anima a los jóvenes a preguntarse qué actitudes y motivaciones experimentan ante los retos de la vida cotidiana. Les invita a hacer un discernimiento entre una “buena prisa” que “siempre nos empuja hacia arriba y hacia los demás” y una que no es buena, pues “nos lleva a vivir superficialmente, a tomar todo a la ligera, sin compromiso ni atención, sin participar realmente en las cosas que hacemos”.
El mensaje es también una invitación a todos los jóvenes a participar en la JMJ de Lisboa –1 al 6 de agosto de 2023–, pues será un momento para redescubrir juntos “la alegría del abrazo fraternal entre los pueblos y entre las generaciones, el abrazo de la reconciliación y la paz, ¡el abrazo de una nueva fraternidad misionera!”.