No, los ricos no están excluidos de entrar al cielo. De hecho, tal como ha señalado hoy el papa Francisco en su encuentro con los participantes en la asamblea pública italiana Confindustria, tanto el padre en la parábola del Hijo Pródigo como el Buen Samaritano son personas acomodadas económicamente. Sin embargo, hay algunos consejos que hay que tener en cuenta para no caer en “ser como aquellos a los que Jesús expulsó del templo”.
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“En realidad, se puede ser comerciante, empresario y ser seguidor de Cristo, habitante de su Reino”, ha asegurado el Papa. “La pregunta entonces es: ¿cuáles son las condiciones para que un empresario entre al Reino de los Cielos?”, ha dicho, señalando que el primero y más importante de estos retos es “compartir”.
Se puede, como ha señalado el Papa, compartir la riqueza transformándola en “pobreza evangélica”, recurriendo a “una de las grandes imágenes económicas que encontramos en el Nuevo Testamento”, que es “la comunión de bienes narrada por los Hechos de los Apóstoles”. Y, para vivir en el espíritu evangélico de compartir, “puede hacerse de distintas maneras”, pudiendo cada empresario “encontrar la suya, de acuerdo a su personalidad y creatividad”.
Por la mujer y el pacto social
“Una forma de compartir es la filantropía, es decir, dar a la comunidad”, ha apuntado Francisco. Pero esto es algo que no debe dejar de lado la modalidad democrática ligada a los “impuestos y derechos, una forma de compartir muchas veces no se da”. “El pacto fiscal es el corazón del pacto social“, ha aseverado Francisco, ya que “los impuestos son también una forma de compartir la riqueza, para que se convierta en bienes comunes, bienes públicos: escuela, salud, derechos, cuidados, ciencia, cultura, patrimonio”.
“Por supuesto, los impuestos deben ser justos”, ha subrayado, y deben ser “establecidos sobre la base de la capacidad de pago de cada persona”. “El sistema y la administración tributaria deben ser eficientes y no corruptos”, ha insistido, “pero los impuestos no deben considerarse usurpación”.
Del mismo modo, el Papa ha señalado que “otra forma de compartir” la riqueza es la generación de empleo, especialmente para los jóvenes. Ha insistido, además, en la necesidad de “apoyar a las familias y la natalidad”. “Debemos trabajar para salir lo antes posible del invierno demográfico que vive Italia y otros países”, ha subrayado.
“Las mujeres trabajadoras tienen miedo de quedar embarazadas porque hay una realidad que es que en cuanto empiezan a ver el vientre, las echan”, ha denunciado el Papa. “Por favor, estúdienlo, vean cómo pueden hacer para que una mujer embarazada siga adelante, tanto con su hijo como con su trabajo”, ha pedido Francisco.
El Papa ha señalado, por otro lado, la necesidad de “reafirmar enérgicamente el ‘no’ a cualquier forma de explotación de las personas y negligencia en su seguridad”. “Pero si el migrante es rechazado o simplemente utilizado como peón sin derechos, eso es una gran injusticia y también le hace daño a la patria”.