En un mensaje enviado a los participantes en el congreso del servicio Apostolado del Mar Stella Maris, que se celebra en la ciudad escocesa de Glasgow hasta el próximo miércoles, el papa Francisco denunció que muchos de los 1,5 millones de trabajadores del sector marítimo sufren “una variedad de condiciones laborales injustas”, además de “privaciones” que se están viendo agravadas por las consecuencias de la emergencia climática.
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“Además, el daño al medio marino, afecta de manera desproporcionada a los más pobres y vulnerables de nuestros hermanos y hermanas, cuyo sustento se ve amenazado por la extinción”, destacó Jorge Mario Bergoglio en un texto publicado este lunes por el Vaticano y dirigido a los delegados del servicio Apostolado del Mar Stella Maris, que vuelven a reunirse de manera presencial por primera vez tras el inicio de la pandemia. Celebraron así el primer centenario de esta institución, que tuvo lugar en 2020 pero no pudieron festejar debido a la irrupción del coronavirus.
Asistencia espiritual, psicológica y material
Francisco recordó en su mensaje a dos de sus antecesores, Juan Pablo II y Pío XI. El primero fue el autor del ‘motu proprio’ Stella Maris, en el que se actualizaron las normas del apostolado del mar “para servir mejor a la comunidad marítima”. Pío XI fue en cambio quien impulsó esta realidad, mostrando su deseo de que el Apostolado del Mar consiguiera “buenos frutos”, un objetivo que Bergoglio consideró bien cumplido y por el que se mostró agradecido. “Stella Maris ha crecido hasta convertirse en la organización extendida por todo el mundo que es hoy, ofreciendo asistencia espiritual, psicológica y material, tanto en los barcos como en tierra, a la miríada de marineros y personal marítimo de diversas nacionalidades y tradiciones religiosas”.
Como ha hecho en otros textos anteriores, también en su mensaje al servicio Apostolado del Mar Stella Maris el Pontífice subrayó la importancia que tiene el agua tanto para la vida como para el “comercio humano” y el “turismo”. “No debe sorprender que alrededor del 90% de los bienes del mundo sean transportados por barcos, lo que es posible gracias al trabajo diario de 1,5 millones de personas, muchas de los cuales están durante meses lejos del apoyo de sus familias y de sus comunidades religiosas y sociales”, recordó el Papa, destacando las dificultades que afrontan los trabajadores de este sector pese a los avances tecnológicos.