Extraño será que, con este título, hayas dado el paso hacia la lectura de esta pequeña entrada de ‘Tribuna’ aquí, en Vida Nueva.
- PODCAST: Bautizados con canas
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En un principio, te preguntarás qué es eso de “Ho’Oponopono”. Un servidor lo acaba de descubrir. Es un ejercicio de meditación cuyo origen lo encontramos en Hawai. Pretende ayudarnos a, en una relación de dificultad (familiar, laboral, etc.), donde existen conflictos, llegar a trabajar cuatro conceptos:
- “Lo siento”: el primero es el de sentir el conflicto desde la parte que a uno le pueda tocar, en cuanto a responsabilidad en el mismo se refiere, y llegar a expresar un “lo siento”.
- “Perdón”: el segundo consiste en pedir perdón ante acciones que no hayan estado bien por parte de uno en dicho conflicto.
- “Gracias”: el tercero busca agradecer lo que he podido aprender de la situación, de ese conflicto que hemos vivido o estamos viviendo.
- “Te quiero”: por último, el cuarto es transmitir un “te quiero” a la persona con la que tengo el conflicto, pero con la peculiaridad de que esa persona debe notarlo porque tengo una atención concreta para con ella.
Aplicación
Escuchaba y aprendía esta dinámica en una iniciativa de formación sobre Interioridad y Meditación, dentro de un contexto de formación para líderes en servicios de coordinación pastoral, académica, etc. Se nos sugería que, en primer lugar, hiciéramos personalmente el recorrido por los cuatro puntos, los cuatro conceptos: “Lo siento… Perdón… Gracias… Te quiero”. Después, había que compartirlo en voz alta con otra persona. Nos invitaban a hacerlo desde una reflexión profunda acerca de lo que haya pasado en el equipo que se coordina, de cara a tomar conciencia y aumentar la probabilidad de que se resuelvan positivamente los conflictos en dicho equipo y/o entre sus miembros.
Me parecía lo suficientemente sugerente y potente como para compartirlo por si a alguien le inspira. ¡Cuánto no ganaremos en los equipos si le damos su sitio, ante los conflictos, al ganar en perspectiva sobre lo que sucede, a la par que en empatía, en posibilidades de solución conjunta, y en tranquilidad con uno mismo! ¿Nos imaginamos a Putin y Zelenski participando de este Ho’Oponopono? Nos encantaría, ¿verdad? Ho’Oponopono no deja de ser una propuesta para construir fraternidad, una herramienta que nos puede ayudar a evolucionar.
Aplicación pastoral con jóvenes
En un pasito más, en este caso hacia la pastoral con jóvenes, ¿nos imaginamos diseñando con nuestros jóvenes, en nuestros movimientos juveniles e itinerarios de Educación en la Fe, este camino de reflexión y meditación para asociarlo finalmente con el sacramento de la reconciliación? Qué bonito sería verlos, después de ese ejercicio de meditación, dirigiéndose a Dios y diciéndole, ante el hecho de tomar conciencia de que no le trasparentaron en su vida por pereza, por cobardía…: “Lo siento… Perdón… Gracias… Te quiero”.
Verdaderamente, creo que esto aumenta la probabilidad de llegar a comprender el valor y la gran aportación de este sacramento a nuestra vida, porque la respuesta de Dios sería: “Por supuesto, te perdono y tengo que volver a decirte, alto y claro, que también te quiero”.
Sigamos buscando formas para liderar que hablen de fraternidad, de generar equipo, de apostar por la misión que une. Lo dicho: “Pon Ho’Oponopono en tu vida…”.