El pasado fin de semana el obispo de El Paso (Estados Unidos), Mark Seitz, visitó en México un campamento instalado por migrantes, en el que se encuentran casi 500 personas, principalmente de nacionalidad venezolana, ante quienes lamentó que, a pesar de que Estados Unidos es un país que promueve actuar conforme a la ley, cuando se trata de migrantes, ignora a quienes solicitan asilo.
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El obispo Seitz, así como Dylan Corbett, director de Hope Border Institute -instituto con perspectiva de la Doctrina Social de la Iglesia-, visitaron el campamento instalado en Ciudad Juárez (estado de Chihuahua) a orillas del Río Bravo (frontera natural con Estados Unidos), donde conocieron las condiciones en que viven los migrantes deportados bajo la restricción impuesta por Estados Unidos, denominada Título 42.
El obispo Seitz señaló: “Eso no es justo, no es de acuerdo con la ley, y usando una práctica de salud para decir que un grupo de un país no puede entrar y el otro sí puede, ridículo. Pienso que venimos de un lugar que tiene leyes, un país que piensa que es justo, pensamos que es un lugar que sigue sus leyes, pero lastimosamente no“.
Misa en la frontera
Asimismo, afirmó que su país tiene responsabilidad en la situación que enfrentan los migrantes, por lo que la Iglesia católica ayuda brindando un albergue a quienes logran cruzar hacia el otro lado, con la intención de que puedan continuar con su camino, pero no es suficiente para hacerle frente a la problemática y se requiere concientizar a los gobiernos.
Por otro lado, en las redes sociales de la diócesis de El Paso, el obispo Seitz invitó para este 5 de noviembre a la misa anual que se llevará a cabo en la franja fronteriza entre ambos países. La eucaristía será concelebrada por el obispo Seitz y los obispos de las diócesis de Las Cruces, Peter Baldachino y el de Ciudad Juárez, José Guadalupe Torres, quien es el responsable de la dimensión de la Pastoral de Movilidad Humana en el Episcopado Mexicano.