“Tras el Concilio Vaticano II, la fundación del Instituto Claretianum tuvo un resultado muy positivo. En estas décadas todos han prestado y siguen prestando un fecundo servicio a la comprensión y desarrollo de la teología de la vida consagrada. Sus programas articulan los orígenes y las dinámicas carismáticas, cristológicas, históricas y canónicas. Su atención a las aportaciones de las ciencias humanas ha ayudado a ofrecer un rostro más humano a la vida consagrada. No exagero pero vosotros, con vuestro trabajo, habéis humanizado la vida consagrada”. Así se ha dirigido hoy el papa Francisco a la comunidad del Instituto de Teología de la Vida Consagrada ‘Claretianum’, a quienes ha recibido hoy en el Palacio Apostólico con motivo del 50 aniversario de su fundación.
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“Os agradezco de manera especial la atención prestada a la difusión del magisterio de la Iglesia, tanto de los Papas como de los dicasterios más ligados a la vida consagrada“, ha continuado el Papa, quien, además, ha recordado que “en este momento en que la Iglesia quiere vivir más intensamente su vocación sinodal”, el servicio de los claretianos a la vida consagrada “ha estado marcado por el deseo de poner en práctica lo que tanto valoraba san Antonio María Claret”.
“En efecto, no sólo habéis mantenido la comunión con la Sede Apostólica, con los Pastores de las Iglesias particulares y con las Federaciones de Superiores Mayores, sino que también habéis trabajado para compartir vuestro servicio de animación y renovación con otras vocaciones y ministerios eclesiales: religiosos con otros carismas, sacerdotes seglares y laicos”, ha explicado el Papa.
En este sentido, les ha animado “a seguir sirviendo a la vida consagrada con espíritu claretiano, es decir, con vuestro ser misioneros”. Y es que “la vida consagrada no puede faltar en la Iglesia y en el mundo. Vuestra ayuda a los consagrados y consagradas, antes que intelectual, es un testimonio, una confesión de que Jesús es el Señor”.
“Los viejos deben morir soñando”
Asimismo, ha señalado que “la vida consagrada no puede dejarse desanimar por la falta de vocaciones o por el envejecimiento”, ya que “quien se deja llevar por el pesimismo deja de lado la fe”. “Cuanto más nos acerquemos a la vida religiosa a través de la Palabra de Dios y de la historia y creatividad de los Fundadores, más capaces seremos de vivir el futuro con esperanza”, ha aseverado.
“Sabiendo que os enfrentáis ya a muchos desafíos de nuestro tiempo, quisiera invitaros a subrayar el valor de la fidelidad en el seguimiento de Jesús según el espíritu de los Fundadores, para cuidar con esmero la vida comunitaria”, ha continuado el Papa. Y es que, “en una época en la que el individualismo está tan extendido, ¡cuidado con la vida comunitaria! Os exhorto a vivir la interculturalidad como camino de fraternidad y misión, ya promover el encuentro entre las diferentes generaciones en la vida consagrada, en la Iglesia y en la sociedad”.
Así, Francisco ha subrayado la necesidad del “encuentro entre las diferentes generaciones”, ya que “los jóvenes necesitan pasar el rato con los viejos, tienen que hablar, y los viejos necesitan pasar el rato con los jóvenes”. “Por favor, que los viejos no mueran sin soñar: es parte de una misión. Los viejos deben morir soñando, y los que hacen soñar a los viejos son los jóvenes, que deben ocupar el lugar de los viejos”.
