“Con María aparece la cultura cristiana, que es una cultura de amor al prójimo, una cultura de la misericordia y, por ello, también una cultura de la justicia social”. Con estas palabras, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, expresó hoy cómo la madre de Jesús representa “el humanismo de la Encarnación”.
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Fue este el eje de su homilía en la festividad de Nuestra Señora de la Almudena, patrona de Madrid. El purpurado presidió una eucaristía que arrancó a las once de la mañana y que tuvo que celebrarse en el interior del templo por la lluvia y no en la plaza como estaba previsto inicialmente. Junto a él, en el altar, se encontraban el cardenal emérito Antonio María Rouco Varela, el arzobispo castrense Juan Antonio Aznárez, el nuncio Bernardito Auza, el obispo de Getafe Ginés García Beltrán y el obispo emérito de Alcalá, Juan Antonio Reig Pla.
Durante la eucaristía el alcalde de Madrid, que tomó la palabra para renovar el tradicional Voto de la Villa como ocurre desde 1646. Junto a él, también participaron también la vicealcaldesa Begoña Villacís, la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso y la delegada del Gobierno María de las Mercedes González Fernández.
Poder reconciliador de la fe
“Sin Dios pasamos por este mundo como unos desconocidos para nosotros mismos y para los demás”, expresó Osoro al arranque de su alocución, que defendió “el valioso poder unificador y reconciliador de la fe, que da fuerza para el perdón y es creadora siempre de fraternidad allí donde se siembren el odio y la enemistad”.
Es más, recordó que “la fe siempre ha creado patria, ciudad, convivencia”, a la vez que enfatizó que “nos regala siempre una manera de entender y de concebir al ser humano”. “El humanismo cristiano hace memoria siempre del bien, de lo que nos une; da pasos hacia adelante; no mira para atrás y, si lo hace, es para no volver a repetir lo que nos rompe”, completó a continuación.
Respeto a la dignidad
Poniendo sus ojos en la patrona, el cardenal apuntó que “por María nos vino quien es el fundamento del verdadero humanismo, del humanismo verdad”. De hecho, aseveró que “el respeto a la dignidad humana y la atención a los derechos humanos son fruto de la fe en la Encarnación de Dios”. “Separados de la fe en Jesucristo abandonamos el fundamento de la dignidad humana”, alertó a los fieles presentes que llenaban la catedral.
Sumándose a los postulados de la Doctrina Social de la Iglesia que ha retomado el Papa Francisco, Osoro expuso que su origen está en Cristo y en la Virgen: “Desde el mismo inicio del cristianismo se incluye en esta cultura el amor a los débiles, los enfermos, los pobres y los ancianos”. En este punto, denunció que “según los criterios de este mundo, muchas veces se consideran inútiles y a los que, en un contexto como el actual de guerra e incertidumbre, peor lo pasan”. “No es una cultura de la mente, sino una cultura del corazón”, insistió sobre el humanismo cristiano.
