Chile: Medalla Cardenal Raúl Silva Henríquez para capellana de cárcel de mujeres

Reconocimiento a su permanente compromiso con quienes sufren la privación de libertad, revindicando su dignidad y persiguiendo su reinserción a la sociedad

Chile: Medalla Cardenal Raúl Silva Henríquez para capellana de cárcel de mujeres

La religiosa del Buen Pastor, Nelly León Correa, recibió la Medalla Cardenal Raúl Silva Henríquez en reconocimiento a su trabajo como capellana de la cárcel de mujeres de Santiago, otorgada por la Universidad Cardenal Raúl Silva Henríquez.



La ceremonia tuvo lugar en la capilla de la Cárcel de mujeres de Santiago, a pedido de la homenajeada. En presencia de un grupo numeroso de reclusas, el Presidente y Gran Canciller de la Universidad, Padre Carlo Lira, el Rector Galvarino Jofré y el Vicerrector Académico, Álvaro Acuña, le entregaron la medalla por su “permanente compromiso con quienes sufren la privación de libertad, revindicando su dignidad y persiguiendo su reinserción a la sociedad, reflejando con ello la vigencia del pensamiento del Cardenal Raúl Silva Henríquez, y representando fielmente los valores de una egresada de nuestra Universidad”.

Mujer levántate

La hermana Nelly se ha hecho conocida por su trabajo con las reclusas del Centro Penitenciario Femenino de Santiago, desde 2005, y también por la creación de la Fundación “Mujer Levántate” que acoge a quienes egresan de la cárcel sin tener un lugar donde llegar. Adquirió especial notoriedad en enero de 2018 con la visita del Papa Francisco a Chile, ya que esta cárcel fue uno de los lugares que visitó y donde tuvo un emotivo y festivo encuentro con reclusas, momento que fue reconocido como el de mayor calidez y entusiasmo expresados al Papa.

En su discurso de agradecimiento la religiosa confesó estar “muy emocionada con esta distinción. Le pedí a las autoridades de la Universidad que vinieran a este lugar porque todo lo que yo soy y he logrado es por ustedes”, dijo a la numerosa concurrencia de reclusas presentes en el acto.

Una de las reclusas presentes, Elizabeth, entregó su testimonio durante la Misa. “Hoy me siento empoderada, sé que la Fundación Mujer Levántate me seguirá acompañando y confío en Dios que este trabajo pueda continuar y así restaurar muchas más vidas, tal como restauró la mía. Gracias, hermana Nelly por darle vida a esta fundación y gracias a todos quienes son parte de este maravilloso sueño”, confesó.

Inclusión social con trato digno

La ceremonia tuvo lugar durante la celebración de una Misa por el 14º aniversario de la Fundación “Mujer levántate” que Nelly León, con otras personas que la apoyaron, fundó y actualmente preside. En esa Fundación declaran que trabajan “por la inclusión social de mujeres que están o han estado privadas de libertad a través de un programa integral, donde el trabajo metódico, la conexión afectiva y el trato digno es nuestro sello fundamental”.

“Mujer levántate” acoge, actualmente, un promedio de 100 mujeres al año, impactando la vida de más de 300 niños y niñas. En su presentación, dicen que “cuando una mujer está en la cárcel no solo ella es condenada, sino todo su entorno, principalmente sus hijos, quienes son nuestros usuarios indirectos y en quienes pensamos cada vez que proponemos a una mujer integrarse a nuestro programa y protagonizar un cambio de vida, siendo sujetos de su propio cambio”.

En diciembre de 2020 Nelly León asumió como Delegada episcopal para la pastoral en la diócesis de San Felipe, tarea a la que la invitó el obispo Gonzalo Bravo Álvarez. “Cuando el obispo me pidió este servicio en la pastoral le dije que la cárcel no se transa. Entonces dentro del tiempo que yo pueda aportar a la diócesis, lo haré, pero la cárcel no está en juego y él lo aceptó así”, dijo Nelly a Vida Nueva en esa oportunidad.

Agregó que aceptó esa tarea “porque creo que las mujeres hemos luchado mucho para que se nos abran espacios y en el momento que se nos dan muchas veces retrocedemos, nos cuesta, no aceptamos. Entonces vi aquí una oportunidad no solo por mí, sino por todas las mujeres de la Iglesia que luchamos y pedimos a gritos un espacio. Aquí se abrió uno y espero que no sea el único”.

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