Primer Aniversario de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe: artesanos de sinodalidad

MisiónCELAM_Nº 11

Un año después de la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe es tiempo de celebrar, pero también de reivindicar las propuestas pastorales nacidas de este acontecimiento inédito en la historia de la Iglesia universal. Estas líneas guías por las que caminar deben ser hoy desarrolladas en cada diócesis, en cada comunidad religiosa y en cada parroquia para que todo el Pueblo de Dios pueda gritar: ¡Yo también soy un discípulo misionero en salida!



La Asamblea Eclesial, cuyo nacimiento está en el deseo del papa Francisco de seguir profundizando en la Conferencia General del Episcopado de Aparecida (2007), nos permitió a todos reconocernos desde el bautismo miembros de una misma familia y un mismo pueblo que camina unido. En este Adviento que comienza, el deseo compartido es que todo el Pueblo de Dios se apropie del documento conclusivo –Hacia una Iglesia sinodal en salida a las periferias– y pueda ser incorporado al accionar pastoral y evangelizador de cada cristiano.

Nuestro aporte a la Iglesia universal

Más de 365 días después de la Asamblea celebrada en México, podemos constatar que se trató de una auténtica experiencia de sinodalidad, en la escucha mutua y en el discernimiento comunitario de lo que el Espíritu quiere decir a su Iglesia. Pero esto no acaba aquí, pues queremos ser artesanos de la sinodalidad, y esta se trabaja día a día en el caminar conjunto. De hecho, en estos momentos vivimos con ilusión renovada la Fase Continental del Sínodo de la Sinodalidad que recién acabamos de iniciar. Un proceso en el que, como Iglesia que peregrina en América Latina y el Caribe, queremos seguir ofreciendo nuestro aporte a la Iglesia universal.

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