Las preguntas primeras siguen fascinando e inquietando a la humanidad desde los más antiguos vestigios, desde el último futuro y desde el interior de nuestro Hoy. El arqueo-antropólogo francés Jean-Loïc Le Quellec (1951), premio Bordin –máximo galardón de las academias galas–, ha publicado en Francia La caverna original, una interpretación sintética de todo el imaginario paleolítico.
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Tras haber escrito cuarenta libros sobre pinturas, arte, muebles y grabados rupestres, sostiene que todos esos signos forman parte de una gran celebración y enseñanza del mito universal del Origen. El autor ha analizado computacionalmente veinte mil imágenes halladas en los cinco continentes, segmentadas en unidades narrativas mínimas y combinadas transversalmente hasta alcanzar la explicación más integradora.
Ese mito de Le Quellec habría sido universal y el primero de la humanidad, surgido hace cien mil años en África. Relata que había un mundo interior donde convivían animales y humanos. Una parte de ellos emergió y se expandió por la superficie, mientras otros siguieron bajo tierra –con aspectos arcaicos e incompletos, plasmados en las imágenes rupestres–.
Los mitos
Se complementa con una variante y otros dos mitos de gran extensión. En el hemisferio norte hay una variante polifémica del mito de la Emergencia: la cueva original estaba obturada por un guardián sobrenatural al que se engañó para poder salir. El segundo mito mayor se da en el hemisferio norte y narra que la divinidad hizo emerger las Tierras en el planeta agua y creó en ellas al ser humano. El tercer mito, euroasiático, indica que fue creado con arcilla mancillada por un ser maligno.
En su blog El espíritu de las piedras, Le Quellec cuenta que los ritos esenciales fueron el modo de comprometerse en una Creación en la que se debe participar y estar en comunión, especialmente en tiempos críticos. Como hoy.
