“Nadie puede salvarse solo. Recomenzar desde el COVID-19 para trazar juntos caminos de paz”. Este el tema elegido papa Francisco para la 56ª Jornada Mundial de la paz para este 1 de enero de 2023. En esta ocasión, en su mensaje fechado el pasado 8 de diciembre, el pontífice reflexiona sobre la pandemia ocasionada por la COVID-19 y la invasión de Ucrania. En esta ocasión es Papa destaca que “la mayor lección es la conciencia de que todos nos necesitamos, es la fraternidad humana, fundada en nuestra filiación divina común, y de que nadie puede salvarse solo” y por ello hace un llamamiento a lograr “un beneficioso retorno a la humildad. Vida Nueva repasa todos los mensajes para esta jornada durante el pontificado del papa Bergoglio.
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2023: La fraternidad como camino
“El COVID-19 nos sumió en medio de la noche, desestabilizando nuestra vida ordinaria,trastornando nuestros planes y costumbres, perturbando la aparente tranquilidad incluso de las sociedades más privilegiadas, generando desorientación y sufrimiento, y causando la muerte de tantos hermanos yhermanas nuestros”, lamenta el pontífice. “Además, no podemos olvidar cómo la pandemia tocó la fibrasensible del tejido social y económico, sacando a relucir contradicciones y desigualdades. Amenazó laseguridad laboral de muchos y agravó la soledad cada vez más extendida en nuestras sociedades, sobre todo la de los más débiles y la de los pobres”.
“Transcurridos tres años, ha llegado el momento de tomarnos un tiempo para cuestionarnos,aprender, crecer y dejarnos transformar —de forma personal y comunitaria—; un tiempo privilegiadopara prepararnos al ‘día del Señor’”, propone. Por eso, ante la situación de la guerra, el Papa invita a “dejarnos cambiar el corazón por la emergencia que hemos vivido, es decir, permitir que Dios transformenuestros criterios habituales de interpretación del mundo y de la realidad a través de este momento histórico”. “No podemos buscar sólo protegernos a nosotros mismos; es hora de que todos nos comprometamos con la sanación de nuestra sociedad y nuestro planeta, creando las bases para un mundo más justo y pacífico, que se involucre con seriedad en la búsqueda de un bien que seaverdaderamente común”, añade.
2022: Diálogo intergeneracional
“A pesar de los numerosos esfuerzos encaminados a un diálogo constructivo entre las naciones, el ruido ensordecedor de las guerras y los conflictos se amplifica, mientras se propagan enfermedades de proporciones pandémicas, se agravan los efectos del cambio climático, empeora la tragedia del hambre y la sed, y sigue dominando un modelo económico que se basa más en el individualismo que en el compartir solidario”, lamenta el papa Francisco en su mensaje para la 55ª Jornada Mundial de la Paz. Ante este panorama, Bergoglio propone un diálogo abierto a todos: “los grandes retos sociales y los procesos de construcción de la paz no pueden prescindir del diálogo entre los depositarios de la memoria –los mayores– y los continuadores de la historia –los jóvenes–; tampoco pueden prescindir de la voluntad de cada uno de nosotros de dar cabida al otro, de no pretender ocupar todo el escenariopersiguiendo los propios intereses inmediatos como si no hubiera pasado ni futuro”.
Juanto el diálogo, Francisco recuerda que la paz no se puede alcanzar sin la educación y el trabajo. “El presupuesto para la instrucción y la educación, consideradas como un gasto más que como una inversión, ha disminuido significativamente a nivel mundial en los últimos años”, reclama el Papa. Además, “el trabajo es un factor indispensable para construir y mantener la paz; es expresión de uno mismo y de los propios dones, pero también es compromiso, esfuerzo, colaboración con otros, porque se trabaja siempre con o por alguien. En esta perspectiva marcadamente social, el trabajo es el lugar donde aprendemos a ofrecer nuestra contribución por un mundo más habitable y hermoso”, reclama.
2021: La cultura del cuidado
Tras un 2020 marcado por la pandemia del coronavirus, el papa Francisco ha dedicado su Mensaje para la 54ª Jornada Mundial por la Paz, que se celebra este 1 de enero en destacar la importancia de la “cultura del cuidado como camino de paz”. “Es doloroso constatar que, lamentablemente, junto a numerosos testimonios de caridad y solidaridad, están cobrando un nuevo impulso diversas formas de nacionalismo, racismo, xenofobia e incluso guerras y conflictos que siembran muerte y destrucción”, lamenta el Pontífice.
“La cultura del cuidado, como compromiso común, solidario y participativo para proteger y promover la dignidad y el bien de todos, como una disposición al cuidado, a la atención, a la compasión, a la reconciliación y a la recuperación, al respeto y a la aceptación mutuos, es un camino privilegiado para construir la paz”, es la propuesta del pontífice. “Trabajemos todos juntos para avanzar hacia un nuevo horizonte de amor y paz, de fraternidad y solidaridad, de apoyo mutuo y acogida”, invita el Papa
2020: abiertos a la esperanza
El mensaje del papa Francisco para la 53ª Jornada Mundial de la Paz lleva por título ‘La paz como camino de esperanza: diálogo, reconciliación y conversión ecológica’. “Todavía hoy, a tantos hombres y mujeres, niños y ancianos se les niega la dignidad, la integridad física, la libertad, incluida la libertad religiosa, la solidaridad comunitaria, la esperanza en el futuro”, denuncia el Papa en su texto. Y es que, apunta, “toda guerra se revela como un fratricidio que destruye el mismo proyecto de fraternidad, inscrito en la vocación de la familia humana”.Por ello, propone la paz como un camino de escucha basado en la memoria, en la solidaridad y en la fraternidad.“El camino de la reconciliación requiere paciencia y confianza. La paz no se logra si no se la espera”, advierte. “Se trata de creer en la posibilidad de la paz, de creer que el otro tiene nuestra misma necesidad de paz. En esto, podemos inspirarnos en el amor de Dios por cada uno de nosotros, un amor liberador, ilimitado, gratuito e incansable”, propone frente al “miedo es a menudo una fuente de conflicto. La cultura del encuentro entre hermanos y hermanas rompe con la cultura de la amenaza”.
2019: el desafío de una buena política
“La buena política está al servicio de la paz”, fue la propuesta del papa Francisco para el primer día de 2019. El pontífice denuncia los “vicios” políticos que ponen en riesgo la paz: “la corrupción, la negación del derecho, el incumplimiento de las normas comunitarias, el enriquecimiento ilegal, la justificación del poder mediante la fuerza o con el pretexto arbitrario de la ‘razón de Estado’, la tendencia a perpetuarse en el poder, la xenofobia y el racismo, el rechazo al cuidado de la Tierra, la explotación ilimitada de los recursos naturales por un beneficio inmediato, el desprecio de los que se han visto obligados a ir al exilio”.Frente a esto, lanza la propuesta del desafío de una buena política. “La función y la responsabilidad política constituyen un desafío permanente para todos los que reciben el mandato de servir a su país, de proteger a cuantos viven en él y de trabajar a fin de crear las condiciones para un futuro digno y justo. La política, si se lleva a cabo en el respeto fundamental de la vida, la libertad y la dignidad de las personas, puede convertirse verdaderamente en una forma eminente de la caridad”, escribió.
2018: la mirada de los migrantes
Elmensaje del papa Francisco para esta Jornada en 2018 lleva por título ‘Migrantes y refugiados: hombres y mujeres en busca de paz’. El pontífice recuerda a los 250 millones de migrantes del mundo, de los que 22 millones son refugiados, y que “para encontrar la paz, muchos de ellos están dispuestos a arriesgar sus vidas a través de un viaje que, en la mayoría de los casos, es largo y peligroso; están dispuestos a soportar el cansancio y el sufrimiento, a afrontar las alambradas y los muros que se alzan para alejarlos de su destino”.
Propone entonces cuatro verbos como estrategia para ofrecer una solución a migrantes y refugiados: “Acoger,que se trata de no expulsar a los desplazados y a los inmigrantes a lugares donde les espera la persecución y la violencia (…).Proteger, que nos recuerda el deber de reconocer y de garantizar la dignidad inviolable de los que huyen de un peligro real en busca de asilo y seguridad, evitando su explotación particularmente mujeres y niños (…).Promover, que tiene que ver con apoyar el desarrollo humano integral de los migrantes y refugiados, subrayando la importancia del acceso a todos los niveles de educación (…) y por últimointegrar, para que los refugiados y los migrantes participen plenamente en la vida de la sociedad que les acoge”.
2017: un estilo de vida
Con la celebración de 2017, la Jornada cumplió 50 años desde que fuera impulsada por Pablo VI tras el Vaticano II. “Hagamos de la no violencia activa nuestro estilo de vida”, fue la petición del papa Francisco para el año 2017. Su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz está centrado en “la no violencia como un estilo de política para la paz”, y reclama que esta “no violencia” guíe tanto las relaciones como las acciones personales y políticas.
El Papa pone como ejemplo de la no violencia a Madre Teresa de Calcuta, canonizada en septiembre de 2016, y a otras figuras como Mahatma Gandhi y Khan Abdul Ghaffar Khan en la India, Martin Luther King Jr. contra la discriminación racial, o Leymah Gbowee y “miles de mujeres liberianas”, así como la contribución de las comunidades cristianas en la caída de los regímenes comunistas en Europa, o la influencia del ministerio y el magisterio de san Juan Pablo II. “Las ocho bienaventuranzas trazan el perfil de la persona que podemos definir bienaventurada, buena y auténtica. Bienaventurados los mansos –dice Jesús–, los misericordiosos, los que trabajan por la paz, y los puros de corazón, los que tienen hambre y sed de la justicia”, destaca Francisco. “Todos deseamos la paz” y “Todos podemos ser artesanos de la paz”, concluye el mensaje.
2016: superar la indiferencia
“Vence la indiferencia y conquista la paz” es la invitación de Francisco para 2016. “Dios no es indiferente. A Dios le importa la humanidad, Dios no la abandona”, sentencia el pontífice, a la vez que invita a “custodiar las razones de la esperanza”. “Hay muchas razones para creer en la capacidad de la humanidad que actúa conjuntamente en solidaridad, en el reconocimiento de la propia interconexión e interdependencia, preocupándose por los miembros más frágiles y la protección del bien común”, ratificaba el Papa.
Bergoglio denuncia en su mensaje que hay muchos tipos de indiferencia y que “la paz amenazada por la indiferencia globalizada”. “En el plano individual y comunitario, la indiferencia ante el prójimo, hija de la indiferencia ante Dios, asume el aspecto de inercia y despreocupación”, lamenta. Así, el Papa propone la paz como “fruto de una cultura de solidaridad, misericordia y compasión”en sintonía con el Jubileo de la Misericordia.
Así, Francisco reclamó “un triple llamamiento para que se evite arrastrar a otros pueblos a conflictos o guerras que destruyen no sólo las riquezas materiales, culturales y sociales, sino también —y por mucho tiempo— la integridad moral y espiritual; para abolir o gestionar de manera sostenible la deuda internacional de los Estados más pobres; para la adoptar políticas de cooperación que, más que doblegarse a las dictaduras de algunas ideologías, sean respetuosas de los valores de las poblaciones locales y que, en cualquier caso, no perjudiquen el derecho fundamental e inalienable de los niños por nacer”.
2015: el poder de la fraternidad
“El flagelo cada vez más generalizado de la explotación del hombre por parte del hombre daña seriamente la vida de comunión y la llamada a estrechar relaciones interpersonales marcadas por el respeto, la justicia y la caridad”, denuncia el papa Francisco en su mensaje para 2015 que invita a considerar a todos hombres “no esclavos, sino hermanos”, lema elegido entonces.
“La fraternidad crea la red de relaciones fundamentales para la construcción de la familia humana creada por Dios”, reclama Francisco. Algo que contrasta con el rastro que deja el pecado. “Desde tiempos inmemoriales, las diferentes sociedades humanas conocen el fenómeno del sometimiento del hombre por parte del hombre”, señala Francisco. “Sin embargo, a pesar de que la comunidad internacional ha adoptado diversos acuerdos para poner fin a la esclavitud en todas sus formas, y ha dispuesto varias estrategias para combatir este fenómeno, todavía hay millones de personas –niños, hombres y mujeres de todas las edades– privados de su libertad y obligados a vivir en condiciones similares a la esclavitud”, lamenta poniendo varios ejemplos. Por ello, el Papa reclama un “compromiso común para derrotar la esclavitud” en todas sus formas y “globalizar la fraternidad, no la esclavitud ni la indiferencia”.
2014: fundamento y camino para la paz
En la primera jornada de Francisco como Papa, la propuesta para este primer día del año estuvo marcada por la llamada a la fraternidad como “fundamento y camino para la paz”. Retomando el relato bíblico de Caín y Abel, el pontífice rescata la enseñanza de que “la humanidad lleva inscrita en sí una vocación a la fraternidad, pero también la dramática posibilidad de su traición”. Por ello, tirando de Magisterio, Francisco invita a “comprender que la fraternidad es fundamento y camino para la paz”, “premisa para vencer la pobreza” e incluso clave económica. “El hecho de que las crisis económicas se sucedan una detrás de otra debería llevarnos a las oportunas revisiones de los modelos de desarrollo económico y a un cambio en los estilos de vida”, apunta.
“La fraternidad genera paz social, porque crea un equilibrio entre libertad y justicia, entre responsabilidad personal y solidaridad, entre el bien de los individuos y el bien común. Y una comunidad política debe favorecer todo esto con trasparencia y responsabilidad. Los ciudadanos deben sentirse representados por los poderes públicos sin menoscabo de su libertad”, recuerda el pontífice. “La fraternidad tiene necesidad de ser descubierta, amada, experimentada, anunciada y testimoniada. Pero sólo el amor dado por Dios nos permite acoger y vivir plenamente la fraternidad”, es la invitación de Francisco.