Una empresa comprometida con la sociedad, no sólo con los logros económicos

Un simposio del CELAM analiza sus retos para los bicentenarios

(Ronald Grebe– La Paz) Los empresarios católicos del país y de Latinoamérica deben ser “capaces de elaborar iniciativas y proyectos que respondan a las necesidades vitales de la gente humilde”, señaló el cardenal Julio Terrazas, arzobispo de Santa Cruz y presidente de la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB), al inaugurar el X Simposio del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y de la Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresa (UNIAPAC, por sus siglas en francés). “La actuación de los empresarios cristianos se funda en la identidad cristiana, pues desde allí tiene sentido el mundo de la política, la economía y lo social”, indicó el prelado boliviano, que también preside el Departamento Justicia y Solidaridad del CELAM, añadiendo que “lo importante es forjar una unidad [empresarial] al servicio de los demás, una unión capaz de hacer que toda esta actividad humana que es la empresa esté al alcance de quienes más lo necesitan”.

El encuentro de empresarios cristianos, celebrado en Cochabamba el 17 y 18 de junio, tenía como objetivo reflexionar sobre “los desafíos que tiene la empresa a los 200 años de la Independencia de los países de América Latina y del Caribe”, a la luz de la encíclica Caritas in veritate de Benedicto XVI, y responder a los grandes desafíos emergentes de la realidad.

El presidente de UNIAPAC Latinoamérica, Pascual Rubiani, destacó que los empresarios cristianos tienen una visión emprendedora y de responsabilidad social ante los trabajadores y la sociedad, y explicó que el reto de las empresas hoy es equilibrar la misión de producir bienes y servicios, en el marco de una economía de mercado, con las necesidades de las personas y del bien común. Rubiani analizó, asimismo, los riesgos del empresario, tanto en el estilo de vida cómodo y estancado como en el uso de la libertad, que reclama a posteriori tener conciencia de cómo se ha usado.

Actor privilegiado de cambio

El dirigente sostuvo que ha ido creciendo la conciencia de que la empresa asuma que la rentabilidad, la competitividad y la carrera por el mercado que reclama el modelo de desarrollo no deben hacer perder de vista que tiene compromisos con el bien común y las necesidades de las personas. “La empresa debe estar comprometida con la sociedad, no sólo con los logros económicos”, recordó Rubiani, convencido de que “las empresas son hoy un actor privilegiado para cambiar el mundo”.

“Construir una empresa más cercana a los trabajadores y la comunidad es posible”, defendió el empresario chileno Felipe del Río, quien apuntó que una gestión ética correcta de la empresa “ayudaría al Estado a desprenderse de muchas funciones sociales que hoy no realiza adecuadamente”. Del Río subrayó la necesidad de cambiar los estilos de liderazgo empresarial, desde la antigua cultura paternalista y verticalista, a una de mayor horizontalidad, que reclama la promoción y el surgimiento de nuevos liderazgos, así como un diálogo entre los distintos actores en el interior de la empresa. “Es posible construir una empresa más cercana a sus trabajadores y a la comunidad”, proclamó confiado.

El cardenal Terrazas, por su parte, invitó a los empresarios cristianos a tener una “mirada agradecida” por lo que se ha hecho y “confiada y esperanzada” para hacer las correcciones oportunas, creando “formas de practicar lo que el Maestro nos ha enseñado”. Respecto a la relación obrero-patronal, el purpurado desveló que uno de los puntos de reflexión de este simposio era, precisamente, “cómo trabajar este tema, cómo integrar la responsabilidad social de las empresas al servicio no sólo de los trabajadores, sino también de la sociedad en su conjunto, que es lo principal”.

Este X Simposio, en el que participaron 21 obispos y un grupo similar de empresarios católicos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Haití, Honduras, México, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay, Venezuela y Bolivia, concluyó con una definición de los desafíos del empresariado latinoamericano tras la experiencia de 200 años de vida independiente y del nuevo perfil del empresario católico.

rgrebe@vidanueva.es

En el n º 2.713 de Vida Nueva.

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