La Conferencia Episcopal de Costa Rica expresó su solidaridad con el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, quien fue condenado a 26 años de prisión por la justicia nicaragüense, que lo halló culpable de delitos considerados traición a la patria.
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Los obispos costarricenses, encabezados por el obispo de Ciudad Quesada, José Manuel Garita, rechazaron la condena, y manifestaron su “dolor ante cualquier acto de injusticia”.
Elevaron una plegaria confiando en “el Señor de la paz, para que prevalezca el diálogo y el respeto en beneficio de todos los habitantes de este hermano país, para que cesen las persecuciones e impere la justicia”.
“Nos duele y nos entristece”
En tanto, la Conferencia Episcopal Panameña, dirigida por su presidente, el obispo de Chitré, Rafael Valdivieso, expresó su solidaridad con el pueblo nicaragüense, en particular con el obispo Álvarez.
Los obispos panameños expresaron: “también nos duele y nos entristece la situación de aquellos hermanos que han sido deportados de su tierra natal hacia Estados Unidos”.
Se unieron a las palabras del papa Francisco de orar por todos los que sufren “en nuestra hermana Nicaragua, e invocar ‘la intercesión de la Inmaculada Virgen María, patrona de esa nación, para que abra el corazón de los líderes políticos y de todos los ciudadanos a la búsqueda sincera de la paz, que nace de la verdad, la justicia, la libertad y el amor y se logra mediante el ejercicio paciente del diálogo’”.