La entrevista
El pasado 25 de enero, la agencia estadounidense Associated Press publicaba una larga entrevista con el papa Franciscoen es que se trataban multitud de temas. En pleno proceso hacia los sínodos de la sinodalidad era normal que saliese el tema de la situación alemana. Entonces Francisco, hablando sobre los procesos de reforma en general, comentaba que “la experiencia alemana no ayuda, porque no es un Sínodo, un camino sinodal en serio, es un camino así llamado sinodal, pero no de la totalidad del pueblo de Dios, sino hecho por élites”.
A renglón seguido, el Papa precisaba que no quería profundizar –“sobre esto yo me cuido de hablar mucho”, decía directamente– porque ya lo había hecho. “Ya escribí una carta que me llevó un mes hacerla. La hice solo y cuando me pregunten, digo ‘vuelvan a la carta’”. Más allá de la carta, el pontífice explicó los pasos que también hemos ido siguiendo todos en esta web informativa: “Después tuve reunión con ellos acá y ahora la Congregación para los Obispos, la Doctrina de la Fe y la Secretaría de Estado han hecho una precisión sobre tres o cuatro cosas que salieron en el diálogo aquí. El camino sinodal en Alemania está empezando desde las diócesis de los pueblos. Esto fue un poco elitista y no tiene todo el consenso procesal de un Sínodo como tal”. Y en otro momento de la entrevista, el Papa reivindica la libertad del Espíritu Santo frente a oportunas ideologías. “Cuando la ideología entra en los procesos de la Iglesia, el Espíritu Santo se va a casa, porque la ideología vence al Espíritu Santo”, llega a decir.
Las élites
Mientras en Alemania la asamblea va caminando hacia su encuentro definitivo en el que se aprobarán los documentos y deberán incorporar esas precisiones del Vaticano, que cuenta con el apoyo de un pequeño grupo de cinco obispos alemanes que son los que están votando en contra o absteniéndose en la mayoría de los textos y borradores sometidos al parecer de la asamblea sinodal. Hasta ahora el Vaticano lo que ha limitado es la puesta en marcha de un consejo sinodal (nacional y para cada diócesis) que sea permanente y vinculante más allá de las estructuras y la potestad de cada obispo en su diócesis.
Pero yendo al fondo de la crítica papal, ¿cuál es la élite que está tras este camino sinodal? Bien es cierto que muchos apuntan frecuentemente que el Consejo del Comité Central de los católicos alemanes, el ZDK, la entidad organizadora en igualdad de condiciones con la Conferencia Episcopal del Camino Sinodal, tiene un fuerte peso de políticos y expolíticos. A la hora de analizar los procedimientos de la Iglesia en Alemania no solo hay que desplegar el radar de todo lo que suene a luterano o protestante, sino que hay que entender cómo el contexto a contribuido a una forma de entender y sostener la propia Iglesia.
En un artículo en Commonweal, el analista Massimo Faggioli advertía del papel de los políticos y empresarios tienen un papel destacado en lo que se refiere al reparto de los impuestos eclesiásticos que el Estado entrega a las distintas confesiones; sin olvidar también el elitismo de unas propuestas que provengan meramente de los círculos de los teólogos católicos alemanes y no de las propias comunidades. “La teología académica ocupa un lugar específico en el catolicismo alemán que no tiene en ningún otro lugar”, apunta Faggioli estableciendo distancias con las asambleas del CELAM o las comunidades de base… Ahora bien, eso no quita que determinados tropiezos que se le ponen a la sinodalidad que se está desarrollando en Alemania no sean las que surjan de las próximas asambleas en el Vaticano. Será interesante ver en qué dirección se desarrolla esta expresión concreta de la eclesiología de comunión que es la sinodalidad.
