No quiero entrar en debates antropológicos estériles. Ya me avisaron de que cualquier argumento, por muy bien fundamentado que esté, es tan solo una opinión. Me voy acostumbrando a ello.
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Aborto sin consentimiento paterno
Así que solo comentaré que soy profesor de instituto, y que a esas personas a las que pido justificante de ausencia firmado por los padres, a las que sanciono a séptima hora cuando llegan tarde por la mañana, a las que tengo que dar permiso para ir al baño o no dejo salir del centro si no viene un adulto a recogerles; a esas personas a las que hay que vigilar en los recreos, a las que hay que llamar la atención por constantes actitudes disruptivas y con los que hay que reflexionar sobre cuestiones como la organización horaria, los hábitos de consumo, la orientación vocacional, las habilidades sociales o el control emocional, a esas personas, a esas mismas personas, a partir de ya, en este país, se les está permitido abortar y cambiar de sexo sin traba judicial alguna y sin necesidad de consentimiento paterno (materno).
Conviene sacudirse el polvo.