“Vosotros sois todavía hoy testigos de la generosidad y de la caridad que animaron el corazón de vuestros predecesores, que no temieron dar la vida por amor a la Iglesia”. Así se ha dirigido hoy el papa Francisco a los miembros de la Asociación “Pro Petri Sede”, a quienes ha recibido en audiecia.
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De esta manera, el Papa ha recordado que “es urgente entregarse por amor a nuestros hermanos y hermanas: muchos de ellos sufren la guerra, la violencia, la exclusión, la pobreza material y espiritual”. En este sentido, el Papa ha señalado que “es significativo que vuestra peregrinación coincida con el inicio de la Cuaresma, tiempo propicio que nos llama a convertirnos para pasar de la esclavitud del egoísmo a la libertad de amar y servir a Dios ya los hermanos”.
Combatir la pobreza
“Leyendo los Hechos de los Apóstoles”, ha dicho, “vemos cómo en la Iglesia naciente la generosidad de los cristianos se manifestaba entre sí y hacia la comunidad con gran solidaridad. Fueron capaces de poner todo en común para apoyar a los hermanos y hermanas más frágiles”. Y es que “comprendieron que eran los administradores temporales de sus bienes: en efecto, todo lo que poseemos es don de Dios y debemos dejarnos iluminar por él en la gestión de los bienes recibidos”.
“Su espíritu, fuente de generosidad, nos empujará siempre a dar a los necesitados, a combatir la pobreza con lo que él nos da”, ha aseverado el Papa, porque “el Señor nos da en abundancia para que nosotros también podamos darnos”.
Por último, ha animado a poner “en práctica la llamada a hacer el bien a todos, dedicando tiempo a amar a los más pequeños ya los más indefensos, a los abandonados y despreciados, a los discriminados y marginados”.