Director de la Casa Sacerdotal Santa María, de Plasencia
(Juan M. Castelblanque) ¿Cómo es su labor al frente de la casa sacerdotal?
Me considero un compañero más. Vivimos en un régimen de plena libertad. Somos pocos, muy mayores y estamos muy contentos. Hemos dejado la soledad de los pueblos y nos sentimos acogidos. Es una casa que, además, también acoge a la familia que ha vivido con los sacerdotes. También vienen muchos curas de fuera a visitarnos y conocer esta tierra.
Una de sus principales inquietudes han sido las drogas, ¿cuándo nació esta preocupación?
Estuve al frente de una parroquia grande en el momento de explosión de la droga, principalmente de la heroína. Nos cogió a todos desprevenidos y me entregué a esta causa atendiendo a los drogadictos e informando a los padres. También llegamos a trabajar a nivel oficial con la Junta de Extremadura.
¿Qué inquietudes tiene ahora?
Sigo con mis tareas literarias, ahora de tipo más intimista y religioso, aunque he de reconocer que cada vez me cuesta más esfuerzo. Ya en el pasado escribí una novela sobre el mundo de la droga. Me animaban a que diera salida a todos los apuntes que tenía sobre este tema, pero temía poder herir sensibilidades, así que opte por la novela, de este modo nació ‘Olga’.