El Ministerio del Interior y Seguridad Pública del Gobierno de Chile realizó un nuevo acto de reconocimiento a quienes destacaron en la defensa de los derechos humanos durante la dictadura cívico-militar en el país. Estos actos se están realizando en el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe militar y tienen lugar en las ciudades donde vivieron las personas destacadas.
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Trabajo y compromiso
Esta vez, en la capital de La Araucanía, Temuco, tuvo lugar una ceremonia en la que se reconoció a la Vicaría de Pastoral Social del obispado de Temuco por su trabajo y compromiso en la defensa de perseguidos políticos y de los derechos humanos, durante la dictadura. En la ocasión se entregó un reconocimiento póstumo, a Sergio Contreras Navia, quien fue obispo de Temuco entre los años 1978 y 2001. El reconocimiento fue recibido por Juan Andrés Basly Erices, administrador diocesano.
También se entregaron similares reconocimientos a otras personas presentes y algunos póstumos a funcionarios que integraron el Comité de Solidaridad.
El obispo Sergio Contreras nació en Valparaíso en 1926, se tituló de ingeniero mecánico por la Universidad Técnica Federico Santa María, de esa ciudad. Ingresó al Seminario de Santiago y fue ordenado sacerdote en 1957, para su diócesis de Valparaíso.
Fue designado obispo de Ancud donde estuvo 1967 y 1974, obispo auxiliar de Concepción entre 1974 y 1977 cuando fue nombrado obispo de Temuco hasta cumplir los 75 años, en 2001.
Voz de la iglesia en Chile
En varios períodos integró el Comité Permanente y durante 8 años fue secretario de la Conferencia Episcopal de Chile, cargo en el que, en varias ocasiones, fue la voz de la iglesia católica frente a violaciones a los derechos humanos en dictadura. Desde esa posición entregó apoyo moral y espiritual a personas y familias víctimas de persecución, siendo gestor de un compromiso activo de la iglesia con esa temática, en colaboración con muchos laicos y laicas. Trabajó activa e intensamente por la dignificación y derechos del pueblo mapuche, siendo además interlocutor en demandas de los estudiantes, campesinos, trabajadores y relegados políticos.
Fue uno de los formadores de la Vicaría de la Solidaridad en Temuco; apoyó la creación de la Fundación Instituto Indígena, así como variadas organizaciones de defensa de los derechos humanos del pueblo mapuche.
Trabajó arduamente para la recuperación de la democracia en Chile, por ejemplo, con el Programa de Educación Cívica Belén, de orientación a trabajadores urbanos y rurales con miras al plebiscito de 1988. Gestó actividades de formación de líderes y dirigentes sindicales para los obreros, campesinos, mapuches, contribuyendo a generar apoyo a la creación de organizaciones de defensa de los derechos económicos, sociales y culturales en coordinación con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones de las Naciones Unidas (OIM), además de otros espacios de promoción de los derechos humanos.
El obispo Contreras murió a los 91 años, el 5 de enero de 2018.