Examen de conciencia. Para ti. Para mí. Para todos. En este tercer domingo de Pascua, a la luz del Evangelio que narra el encuentro de Jesús resucitado con los discípulos de Emaús, el papa Francisco ha pedido a los católicos no dormirse sin dedicar este momento cada noche a releer el día junto al Señor, como Él hizo con los dos discípulos.
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“Es importante releer nuestra historia junto con Jesús: la historia de nuestra vida, de un determinado período, de nuestros días, con las decepciones y las esperanzas. También nosotros, por otra parte, como aquellos discípulos, podemos encontrarnos perdidos ante los acontecimientos, solos e inseguros, con muchas preguntas y preocupaciones”, ha señalado Jorge Mario Bergoglio.
De hecho, “el Evangelio de hoy nos invita a contárselo todo a Jesús, con sinceridad, sin miedo a molestarle, sin miedo a decir algo equivocado, sin avergonzarnos de nuestra lucha por comprender”, ha indicado el Pontífice.
¿Y en qué consiste este examen de conciencia? “Precisamente en releer la jornada con Jesús: abrirle nuestro corazón, llevarle a Él las personas, las elecciones, los miedos, las caídas y las esperanzas; aprender poco a poco a mirar las cosas con otros ojos, con los Suyos y no solo con los nuestros”, ha aseverado el Papa.
¿Cómo ha ido mi día?
Como ha recordado, “ante el amor de Cristo, incluso lo que parece fatigoso e infructuoso puede aparecer bajo otra luz: una cruz difícil de abrazar, la elección del perdón ante una ofensa, una venganza fallida, la fatiga del trabajo, la sinceridad que cuesta, las pruebas de la vida familiar pueden aparecérsenos bajo una luz nueva, la del Crucificado resucitado, que sabe hacer de cada caída un paso adelante”.
Pero para ello “es importante eliminar las defensas: dejar tiempo y espacio a Jesús, no ocultarle nada, llevarle las miserias, dejarse herir por su verdad, dejar que el corazón vibre al soplo de su Palabra”, ha añadido.
Lejos de ser una petición abstracta, el Pontífice ha invitado a empezar hoy mismo. Y ha ofrecido hasta las preguntas a realizarse: “¿Cómo ha ido mi día? ¿Cuáles fueron las perlas, tal vez escondidas, por las que dar gracias? ¿Hubo algo de amor en lo que hice? ¿Y cuáles son las caídas, las tristezas, las dudas y los miedos que debo llevar a Jesús para que me abra nuevos caminos, me levante y me anime?”.
Que cese la violencia en Sudán
Al término de la oración mariana, el papa Francisco ha hecho un llamamiento para que cese la violencia en Sudán y “se emprenda el camino del diálogo”. Asimismo, ha pedido no olvidarse de “nuestros hermanos ucranianos, afligidos por esta guerra”.
Por otro lado, ha recordado que ayer se beatificó en Francia a un religioso de San Vicente de Paúl y a cuatro de los Sagrados Corazones, asesinados “por odio a la fe” en la Comuna de París. “Un aplauso para los nuevos beatos”, ha reclamado el Pontífice antes de despedirse y pedir oraciones para su viaje, la semana próximo, a Hungría.