Tribuna

Vocación de Borriquita, ¿puede ser? 

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Increíble, pero cierto. Déjame contarte, y lo sé, sé que hace tiempo que no lo hago, él contarte me refiero, pero esta ocasión lo merece, por la vida que va a transmitir, y la Vida que viene a narrar.



Armenteira

Un servidor ha tenido la suerte de disfrutar unos días de retiro en el Monasterio de Armenteira, donde vive una comunidad de religiosas del Císter. Allí he podido escuchar el testimonio de Lourdes, una de las Hermanas. ¡Qué testimonio de humanidad y divinidad a la vez, de naturalidad, de compromiso vital, de vocación! Para darle gracias a Dios por su vida, como aquí y ahora hago.

Monasterio Armenteira Pontevedra Cistercienses

Punto animalista de esta entrada

Pero ahí la cosa no va a quedar… De su exposición, quiero destacar un mensaje “animalista”, el cual no nos ha quedado indiferente, por lo menos a un servidor, dado que soy nazareno en la hermandad de La Borriquita, en Badajoz, es decir, que puede considerarse que, en esto que voy a escribir, soy una voz “cualificada”, por expresarlo de alguna manera.

Quieres saber lo que ha contado la H. Lourdes, ¿verdad? Pues ahí va… La Hermana Lourdes, de manera natural, divertida, y comprometedora, ha compartido lo siguiente: “Lo sé, todos somos débiles y tenemos limitación, y más una servidora que es la burra que trae a Jesús a cuestas para acercarlo a los demás”.

La burra, ¡toma ya!

La burra que trae a Jesús… Me he sentido tan identificado… Y no por lo de nazareno de la Entrada “Triunfal” en Jerusalén, vuelvo a repetir. Características de una burra, según la vemos desde fuera, ya que no es un corcel: animal resistente y sencillo, básico, con fuerza para trabajos duros y difíciles, incluso en terrenos complicados, doméstico, es decir, es de casa y está en casa, estando para todo y todos. Me ha interpelado en el sentido de plantearme si un servidor también lo es… Porque es en lo doméstico, en lo sencillo, en el día a día, donde estamos/estoy invitado a llevar a Jesús a los demás, con servicio, con sencillez, desde la naturalidad de sabernos hermanos. En lo dificultoso, en esos terrenos difíciles, donde se le necesita, ¿estoy acercando a Jesús, y la paz, el perdón, la ternura que Él viene a traer?, ¿estoy siendo auténtico portador de Jesús? En casa, en el trabajo, ¿se dan cuentan, de palabra y acción, que lo vengo a traer?

Vocación “de burra”

Nunca me lo había planteado así, ser la burra. Y tenía que ser Lourdes, la Hna. Lourdes la que obrara el milagro. Y es que, junto al hecho de identificarse con la burra, también nos ha dicho que a los ojos de Dios todos y cada uno de nosotros y nosotras somos valiosos, tremendamente valiosos. Lo es incluso “la burra” que somos…

Adelante

Así las cosas, tomemos conciencia de que, desde nuestra limitación, nuestra debilidad, como la burra, estamos invitados a llevarLo a Él a los demás, porque están deseando escucharlo, sentirlo cerca a su lado, y puede que lo más cercano que tengan, sean a ti y a mí, “esa burra que acaban de desatar”, como a mí, después de este retiro me acaba de pasar. Ánimo y ADELANTE, quien Lo necesita y Lo espera, a través de nosotros, lo podrá alcanzar. Demostremos que aquí no hay extinción, todo lo contrario, presencia, compromiso y desde ahí: amor de Dios.

“Ser burra”, toda una vocación animalista que no puede esperar… Hagamos esa entrada, no dudemos más.