Francisco da un paso hacia adelante en materia de igualdad en la historia de la Iglesia. Por primera vez, podrán votar los laicos, tanto hombres como mujeres, que sean elegidos para participar en la Asamblea del Sínodo de la Sinodalidad que se celebrará en dos sesiones en Roma, en octubre de 2023 y de 2024. Se trata de una decisión inédita en tanto que, hasta ahora, podían participar en el foro vaticano creado hace seis décadas por Pablo VI, pero solo los obispos tenían derecho a votar en el documento final.
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Los organizadores de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo anunciaron hoy estos cambios que no acaban aquí. También se eliminará en la asamblea sinodal la tradicional figura de los auditores en la asamblea donde se solía dar cabida a los laicos, al igual que la figura de los expertos. Con voz, pero sin voto. En su lugar, habrá otros 70 miembros, entre los que pueden ser elegidos sacerdotes, personas consagradas, diáconos o fieles laicos y que procedan de las Iglesias locales.
Casting sinodal
Y, ¿cuál será el criterio para escogerles? Serán elegidos por el Papa de una lista de 140 personas indicadas durante las reuniones internacionales de las conferencias episcopales y la Asamblea de Patriarcas de las Iglesias Orientales Católicas. “A la hora de identificarlos, se tendrá que tener en cuenta no solo su cultura general y prudencia, sino también sus conocimientos, tanto teóricos como prácticos, así como su participación en diversas capacidades en el proceso sinodal”, han informado desde la Asamblea General Ordinaria del Sínodo. Se espera que la mitad de estos participantes sean mujeres y todos votarán.
Además, se incluye la participación de cinco religiosas como representantes de las congregaciones religiosas femeninas, cuando hasta ahora solo tenían asiento reservado los religiosos sacerdotes pertenecientes a Institutos de vida consagrada. En ambos casos, no es la Santa Sede quien elegirá a estos delegados, sino la Unión de Superiores Generales y la Unión Internacional de Superioras Religiosas.
“No es una revolución”
Al presentar hoy estas novedades, Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y relator del Sínodo de la Sinodalidad, matizó que, en su opinión, “no es una revolución, pues la asamblea sigue siendo una reunión de obispos, con una participación de no obispos”. Y es que cerca del 75% de los participantes seguirán siendo prelados.
En esta misma línea, el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, apuntó que “seguirá siendo un Sínodo de obispos, pero habrá esta participación como miembros de laicos”. “Su presencia y participación no solo asegura el diálogo entre profecía del Pueblo de Dios y el discernimiento de los pastores”, sentenció.
Salto cualitativo y cuantitativo
Cuando se cumplen diez años de la elección de Jorge Mario Bergoglio y después de innumerables alusiones del Pontífice argentino sobre la necesidad de reconocer institucionalmente a la mujer en la Iglesia, es ahora cuando se produce este salto cualitativo y cuantitativo. Este reconocimiento del ‘sufragio universal’ viene a rubricar algunos gestos realizados hasta la fecha, como situar a mujeres en puestos claves de la Curia.
Quizá el más significativo tuvo lugar en febrero del 2021, cuando eligió por primera vez a una mujer como subsecretaria del Sínodo de los Obispos, la religiosa francesa Nathalie Becquart, para trabajar mano a mano y en igualdad de condiciones con el subsecretario español de la Orden de San Agustín, Luis Marín de San Martín. Eso sí, aun queda pendiente una toma de decisión final, después de poner en marcha varias comisiones de estudio, si finalmente se retomará la figura histórica del diaconado femenino.